ALEJA DE MI LA TENTACIÓN
I
No soporto, Señor, esta envoltura
donde siento mi espíritu cautivo,
esta carne del cuerpo en el que vivo,
que me incita, sin tregua, a la locura.
Tú que puedes donarme la cordura
de poder elegir otro motivo
para usar este habitáculo esquivo,
concédeme sentirte en la hermosura.
Aléjame del Mal y hazme mirarte,
modelo de pureza, en esta espera
en la que, fácil es, darse al olvido.
Y dame, en ese Amor, al contemplarte
como bello ejemplo, que mi Alma entera
rechace la asechanza del sentido.
II
Que, astutas, siguen siendo sus quimeras,
en búsqueda, sus músicas radiantes,
de hacer, de mi flaqueza, agonizantes
despojos de mis ansias verdaderas.
Que, de amarte, Señor, son las primeras
en hacer manantiales desbordantes,
para lograr victorias deslumbrantes,
tras flamear Tu Amor en mis banderas.
¡Oh, Padre, no permitas que mi vida,
por pecar, quede del Mal, prisionera!
¡Aparta, en Tu tutela, mis desvíos,
para no hacerte a Ti, la misma herida,
que, en su arrogancia blasfema y altanera,
con sus maldades, Te hacen los impíos!
......ooooooOoooooo......
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Que buen poema querido amigo, gracias por compartir, cariños.
Dos magníficos sonetos
Gracias, María, tú siempre tan amable.
Que Dios te bendiga, te proteja y te cuide.
Gracias, Adolfo.
De las composiciones métricas, después de las liras, los sonetos son mis preferidos.
Un abrazo poético.
Es una belleza tu soneto.
Estoy segura que no leíste la exigencia de la doble rima y el pie quebrado.
Un abrazo
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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