Desde un refugio blindado de miedo,
donde silban los misiles como serpientes de acero,
alzo mi voz, no con rabia, sino con esperanza,
como quien siembra trigo en mitad de la guerra.

Entre alarmas que desgarran la noche
y explosiones que tiemblan los huesos,
grito sin odio, con firme ternura:
¡Que esta crisis nos lleve a la reflexión!

Reflexionemos, hermano poeta,
sobre el sagrado valor de la vida,
sobre el amor que une más que mil tratados,
sobre la amistad que cruza fronteras y lenguas.

Pensemos en la sonrisa de un niño
como el más alto ideal de los pueblos.
En el abrazo que redime al enemigo,
en la palabra justa como único disparo.

En nombre de mi esposa y mis hijos,
de mis nietos que aún sueñan sin miedo,
de mis compañeros, mi pueblo, mis muertos,
de todas las culturas que claman respeto…

Te digo, Ernesto, desde este rincón herido:
Defendamos juntos la paz con el alma,
que la unidad nos salve del abismo,
que la dignidad nos guíe como antorcha,

y que la paz —sí, la paz—
sea nuestro único y verdadero destino.

 

Vistas: 1

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…