AUTORA:GRACIELA VARGAS RAMOS
`PAIS:URUGUAY DER.RESERVADOS
En un rincón de luces y nieves de artificio, la Navidad aguarda ser redescubierta, mientras el mundo corre sin detenerse. En las calles, los escaparates brillan más que las estrellas, y los árboles de plástico, con sus adornos perfectos, intentan emular la calidez que en otros tiempos nacía del corazón.
El bullicio del consumo envuelve las personas como un manto.
Sin embargo, en medio de esta festividad, se revela una realidad que a menudo se pasa por alto: la indiferencia hacia aquellos que no tienen la suerte de disfrutar de un banquete opulento o de un árbol adornado. La Navidad, que debería ser un tiempo de unión y generosidad, a veces se convierte en un desfile de vanidades, donde la apariencia y el auto consumo se imponen sobre el verdadero espíritu de la temporada.
Las vitrinas repletas de productos que prometen felicidad, pero en el fondo, muchos se sienten vacíos. La búsqueda de la perfección en las celebraciones, en los regalos y en las decoraciones puede llevar a una desconexión con lo que realmente importa: el amor, la empatía y la conexión humana. En este contexto, los caracteres de las personas se ponen a prueba. Algunos se dejan llevar por la corriente del consumismo, mientras que otros encuentran la fuerza para mirar más allá de lo superficial.
La realidad es un espejo que refleja nuestras prioridades. ¿Elegimos ser parte de un ciclo de vanidades o decidimos abrir nuestro corazón a quienes nos rodean? En lugar de dejarnos llevar por la indiferencia, podemos optar por el auto consumo consciente, donde el verdadero regalo es el tiempo compartido, la escucha atenta y el apoyo a quienes más lo necesitan. Así, la Navidad puede transformarse en un momento de reflexión y acción, donde la verdadera riqueza se mide en gestos de bondad y en la calidez de las relaciones humanas.
Al final, la esencia de la Navidad no reside en lo que tenemos, sino en lo que damos. Y en ese dar, encontramos la verdadera alegría que trasciende las apariencias y las vanidades.
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Muy hermosa reflexión, Elba. La verdadera felicidad en las navidades es poder compartir con aquel que tiene menos, y también es alegría la reunión familiar mucho más que los regalos que podamos hacernos. Fue muy grato pasar por tus letras. Un saludo.
MUCHAS GRACIAS
gran reflexión plasmada de verdades.
Éxitos y gracias por participar
MUCHAS GRACIAS
Muy buen aporte,Elba, un abrazo
Bienvenida y gracias
Un excelente mensaje lleno de reflexiones, muy sinceras felicitaciones amiga Elba. Saludos y afectos desde mi Caracas/Venezuela.
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