Lean bien las bases, cariños.
Los esperamos
Un abrazo.
Gracias estimada Mami Hega, será lindo participar en este concurso. ¡Que Dios me ayude con la inspiración! Un abrazo.
Buen día querida Ingrid. Seguro que las musas te acompañarán.
Abrazo
muy buena iniciativa
Que bueno que te guste Elías. Un abrazo.
Hola María de tiempo te veo amiga, espero participar aquí se ponen y hasta cuándo hay tiempo?
Muchas gracias por la invitación. Muy pronto estaré participando.
Gracias linda María, partriciparé
Muchas gracias estimada Mamihega, desde luego que participaré.
UN NIÑO SALVADO
Un Niño Salvado
Corría el año de 1620 cuando en la Nueva España ocurrió un hecho significativo digno de contarse.
La expectaviva era muy grande, puesto que el chamaco, no mayor de los 10 años de edad, estaba gravamente enfermo según lo habían diagnosticado los médicos de la época. El niño tenía al mismo tiempo cuatro graves enfermedades todas con alta posibilidad de no supervivencia. Esas ebfermedades eran, según lo conocido por los médicos de ese tiempo: aneurisma, difteria, tetanos y tosferina, por lo que su posibilidad era de supervivencia era prácticamente nula.
No obstante, desesperados por la circunstancia que cruzaba su hijo, Pablo, que así se llamaba, José y Brigida sus padres se vieron en la angustiosa necesidad de acudir a todas las consejas del poblado donde vivían, Valladolid. Y fue precisamente en ese sitio que localizaron una nueva especialista en la ciencia médica que tenía no más de un año de haber egresado con grandes lauros académicos de la Universidad del lugar.
Margarita Fernández era la referida doctora a la que sin retrasar su petición acudieron ante ella para que atendiera a su hijo menor e hiciera algo si ella lo veía posible. Evidentemente, antes de acudir ello les solicitó a los papás de la criatura que la pusieran al tanto de lo que sabían, luego de la visita profesional de cuando menos una decena de especialistas diversos con diversas especialidades médicas, pero ninguno había encontrado posibilidad alguna de salvar al crío. Todo lo cual le fue referido a Margarita. No obstante lo cual pidió le dejaran ver al enfermo.
Casi inmediato fue al domicilio de los Ramírez, que así se apellidaban y luego de verlo y analizarlo, sacó de su bolsa profesional una receta y anotó un laboratorio de la ciudad de México si querían salvar al muchacho, con la medicina que ella les recetó, advirtiéndoles de que no habría ninguna segurida de sacar al enfermo de su crítico estado. Para lo cual, luego de aplicar la medicina cada hora, durante quince días habría que esperar los resultados.
Desesperados, Fueron a la ciudad de México al Laboratorio referido por la doctora y se surtieron de las medicinas que éran por lo menos sxeis diferentes, Siguieron pues las instrucciones y antes del inicio del período de posadas, el 16 de diciembre, cuando aún no se cumplían ni seis días de haber iniciado el tratamiento, el enfermo mostró mejoría y, de inmediato, fueron a ver a Margarita. Lo inspeccionó y les dijo: yo mismo me estoy sorprendiendo del cuadro que veo en Pablo. Y me da mucho gusto decirles que mi paciente: ¡Se ha salvado!
Benjamín A. Araujo Mondragón, escriitor mexicano. Autor del relato navideño.
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