Me transmitiste tu gran secreto, hija mía.
Mientras, pura llama, la luz te envolvía.
Prístina heredera del sol, en ese instante
despedían tus ojos lenguas de fuego…
y las pupilas de estrellas se llenaban.
¡Qué gran ternura tu sonrisa!
Dejaste de ser solo una,
ya eres dos seres
constelados
por milagro
de amor.
Dulce
fruto
que enraizó en tus entrañas,
amarrándose al regazo de rosa,
en tu vientre un ángel aletea
despertando de un largo sueño
entre aromas de leche y miel…
Pronto te abrirás como una flor…
¡Tiempo de primavera en la tierra que te cobija!
Delia Checa
De mi libro Perfiles de Mujer
Mendoza, Argentina
2015
Etiquetas:
Delia Checa
Bello poema al amor de una hija
Gracias
mary
Muy agradecida, Mary, por tus gratas palabras.
Bellas letras para tu hija , que es vida de tu vida.
Saludos cordiales
Teodora
Mil gracias, Teodora.
Un saludo con todo mi afecto.
Muy agradecida, Manuel.
Un saludo fraterno.
Dejaste de ser solo una,
ya eres dos seres
constelados
por milagro
de amor.
Dulce
fruto
que enraizó en tus entrañas,
amarrándose al regazo de rosa,
en tu vientre un ángel aletea
despertando de un largo sueño
entre aromas de leche y miel…
¡Ah que belleza de letras dichas por una madre, que ve la prolongación de su ser!
El jardín de nuestro corazón, se colma de bendiciones
Son letras que cobijan la mayor dulzura de una mujer
Felicitaciones mi reina, son letras muy bellas!
Un beso inmenso
Mil gracias, mi querida Beatriz, por lo grato de tu comentario.
Abrazo
TERNURA QUE DESBORDA, BELLEZA QUE ENCANDILA Y AMOR QUE DELEITA!
ME ENCANTÓ.
Agradecidísima, María, por tu precioso comentario.
Muchísimas gracias, Silvana.
La configuración de copa está hecha a propósito
para representar el receptáculo que es el útero.
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