EL NIÑO Y EL LORO
El niño Chucho Jacinto,
viene mordiendo la calle.
Su rostro pasible muestra
la señal propia del hambre.
Inquieto llega a su casa.
Abre la puerta su madre
y mira al rapaz exhausto
lívido y tambaleante,
inquiriendo por comida,
para que le den un fiambre
La señora le responde:
no tengo nada que darte.
Esta mañana no pudo
tomarse el café, tu padre,
y tu hermana tuvo a punto,
a punto de desmayarse.
El chico mira una jaula
con un loro gordo y grande.
Y se suscita un coloquio
entre el párvulo y su madre:
- ¿Y si preparamos loro
con arrocito salvaje?
- Arroz no tenemos, hijo.
No digas más disparates.
- ¿Y si lo hacemos al horno?
- El gas se acabó ayer tarde.
- ¿Pero en la parrilla eléctrica
solo enchufamos el cable?
- La electricidad no existe
ni aquí ni en otros lugares.
- ¿Puede ser loro al sartén?
- Pero sin aceite es grave.
Y el loro gritó contento:
viva, viva, el vandalaje.
Viva el patriota mendaz
y sus torvos personajes,
porque con esta política
a mí no me come nadie.

Freddy Belisario Capella.
The Woodlands. Texas.
Abril 25/2020.

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Respuestas a esta discusión

AMO LOS LOROS Y TODO LO JOCOSO CON ELLOS, GRACIAS POR PARTICIPAR. 

Estimado Freddy: Te felicito por tu creatividad.  Cuídate del chingavirus. Cordialmente, Chente.

¡Bello y juguetón tu texto, Freddy!

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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