LA ESTRELLA QUE ME GUÍA
Solo noventa días de nacido,
y sentí de mi madre el cuerpo yerto,
no podía saber que había muerto,
que tristeza no haberla conocido.
La noche se vistió de inmenso olvido
en un presagio de futuro incierto,
desde entonces, en lágrimas despierto,
no pude disfrutar su amor perdido.
Se que desde otro mundo me acompañas,
como tu me llevaste en tus entrañas,
yo te llevo en mi alma tan sombría.
Ya no pude abrazarme a tu ternura,
bajo las alas de la niebla oscura,
tú serás esa estrella que me guía.
KIN MEJIA OSPINA.
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Una tristeza infinita rebosa tu poema.
¡Muy doloroso perder a la madre
siendo tan pequeño!
Un gran abrazo, Kin.
Se que desde otro mundo me acompañas,
como tu me llevaste en tus entrañas,
yo te llevo en mi alma tan sombría.
Ya no pude abrazarme a tu ternura,
bajo las alas de la niebla oscura,
tú serás esa estrella que me guía.
¡Precioooso final para este poema tan tierno y conmovedor; y a pesar de las sorpresas que nos trae la vida, se erige por siempre el AMOR DE MADRE-HIJO!!
Bravo, felicitaciones como siempre mi lindo Kin!!
Gracias
Tristes versos, a la madre que partió al infinito sin que pueda su retoño gozar de su amor.
Saludos cordiales , poeta
Teodora
Lo siento mucho mi querido kin
Bello y nostalgico
Gracias
mary
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