OTRO SONETO PARA MARÍA BEATRIZ VICENTELO CAYO
Tu corazón, luce una flor preciosa
moviéndose al compás de tu talento
y me complace mucho el movimiento
tan bien acompasado de la rosa.
Ha sido tu gestión maravillosa
diligente y festiva como el viento,
que por dentro oxigena el pensamiento
y por fuera su fuerza es victoriosa.
Razón por la que adoro tu existencia
en todo sitio donde estés presente
y en estos escenarios de la Unión.
Que Dios permita esa permanencia
porque también refrescas nuestra mente,
al ritmo que se mueve el corazón.
Hildebrando Rodríguez
C. I.V-651.103
Mérida-Venezuela, 18 de junio del 2015
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Con esa calidez y belleza de siempre.
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