CÉSAR MIRÓ, GRAN POETA PERUANO, DIJO AL PROLOGAR EL LIBRO "CONFESIONES DE UN ÁRBOL" EN 1997, QUE "EL POETA PERUANO CARLOS GARRIDO CHALÉN, ES UN CREADOR MÁGICO DE ACORDES PARA INSTRUMENTOS MUSICALES...

CÉSAR MIRÓ, GRAN POETA PERUANO, DIJO AL PROLOGAR EL LIBRO "CONFESIONES DE UN ÁRBOL" EN 1997, QUE "EL POETA PERUANO CARLOS GARRIDO CHALÉN, ES UN CREADOR MÁGICO DE ACORDES PARA INSTRUMENTOS MUSICALES QUE NO SE HAN INVENTADO TODAVÍA"

 

 

 

EL ÁRBOL ES ANTERIOR AL HOMBRE

(Análisis del poemario “Confesiones de un árbol” del

Poeta peruano Carlos Garrido Chalén)

Por César Miro

                       

El árbol es anterior al hombre. Sin él no tendría el ser humano ni frutos, ni raíces, ni sombra. Carlos Garrido Chalén ha escrito el bello poemario "Confesiones de un árbol", que tiene un clima cósmico imaginativo y trascendente en el que el árbol es la primera persona. En estas Confesiones, el poeta se transfigura y en un lenguaje de singulares conjugaciones expresa su ternura y su simpatía por un extraño entorno para decir: “mi jacintos crecieron para el amor del bosque” y hablará del “reflejo que ha dejado en mí la primavera” mientras nos sorprende el soñador diciendo: “Un día de estos me escaparé hacia adentro de mí mismo/ para ver si el nombre que me dieron es exacto” o en la audaz reflexión del creador de ilusiones que confiesa: “Nadie podrá impedir que me llene las manos de poblado,/ de extensión, de playa, de horizonte / y que, huyendo hacia mí mismo / encuentre en mi interior la voz del viento” o también la confesión metafísica: “Cuando fui árbol / ví el llanto de las madres / poniéndole agonía a la mirada” o esta hermosa conjetura: “No habré inventado la pólvora ni la rueda / pero me gustaría inventar / un planeta sin abismos ni alimañas / para los que nacerán mañana” donde parece concentrarse el más hondo sentimiento del predicador que domina un idioma de antiguos proverbios convirtiendo al hombre y al árbol en un solo e indisoluble ser.

 

Esta referencia providencialista, me trae a la memoria el notable poema de Parra del Riego que viene a ser su casual antepasado, cuando canta a la  mujer vegetal y le dice: “Parada un árbol…Echada un río…Sentada un alba sentimental…” y unas palabras de la prologuista de sus poemas, la escritora uruguaya Esther de Cáceres, al observar que en el espíritu romántico de los Polirritmos, más allá de alguna modulación clásica, “hace subjetivizar todas las cosas y enriquecerlas con esa fina gracia interior que une tan profunda humanidad a la visión del mundo”.

 

Esta “mujer vegetal” es la pareja lírica y lejana del “hombre árbol” de Carlos Garrido Chalén, tiene su misma afinación, su aire, su clima sin compromiso alguno con el trasfondo modernista ni la embriaguez metafórica del poeta peruano consagrado en el Uruguay.

 

Garrido Chalén habla un lenguaje propio, imaginista y actual. No participa de la lluvia y la soledad de Vallejo, de su nonchalance y su hurañez, si se me permite el neologismo. Garrido es comunicativo y dinámico, un sembrador de horizontes, un creador mágico de acordes para instrumentos musicales que no se han inventado todavía. 

 

 

CONFESIONES DE UN ARBOL

                                         (Del Poeta peruano Carlos Garrido Chalén)

 

Antes de ser un hombre

            yo he sido un árbol bueno

sobre cuyas ramas creció por temporadas

la tarde con sus sombras.

 

En aquel entonces tenía mis propios tallos

y mis propias raíces

y servia de parque a los jilgueros.

Y no me molestaba cuando los enamorados

           encorazonaban mi corteza

para cruzar con flechas sus sueños

           en los míos.

 

Era un árbol firme

y nada me importaba más que ver mis frutos

venciendo el hambre de los niños;

No recogía uvas de los espinos

            ni higos de los abrojos.

 

Tenía un alma vegetal infinitamente sensitiva.

Y eso lo sabían los grillos que orquestaban

           mis fiestas coloquiales.

 

Era yo árbol para todos. Tronco vegetal

           callado y majestuoso.

Pero sobre mi savia crecieron

           mis viejas ilusiones

           y mis iras.

 

Y me elevé al infinito irrigado por el llanto

          del mismo firmamento,

y resistí estoico las ingratitudes

          del clima

           y sus tertulias.

Era yo un árbol con ganas de ser árbol!

 

Mi idioma era el idioma

          que hablaban en secreto

           los geranios

Y yo era para ellos como un hermano grande

           rodeado de eucaliptos y gardenias.

No me van a creer pero yo,

          antes de convertirme en caminante

siendo un árbol silente y majestuoso,

          tenía el corazón de un ser humano.

 

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Respuestas a esta discusión

gran comentario para una obra grande!

Una visión hacia el "adentro" del hombre que ofrece su corazón en los versos, y que quizás no todos vean ni sientan al escuchar o leer sus creaciones. Un despertar a la comprensión que indica caminos que van más allá de la lectura de los poemas.

Siento gratitud hacia la vida que me permitió escuchar "in situ" estos versos y hoy gozar de este análisis magistral

Gracias a mi entrañable amigo Mario Rolando Vides Alvarado, el tata maya, gran artista de prestigio internacional, con quien siempre celebro en amistad, la dicha de la vida. Un abrazo fraterno y afectuoso mi querido hermano

Gracias amada amiga  Beatriz Teresa Bustos por esos aplausos repetidos que alumbran mi alma y mi corazón

Gracias a mi amada amiga maría Alicia Gómez, que permanentemente entra a mi alma y mi corazón para sostenerme, mientras nuestra genuina amistad crece como la aurora. Te quiero mucho hermana virtuosa, ser de luz inacabable

Gracias amada amiga SENDA por tu nuevo Destacado que me llena de júbilo y dignifica. Un abrazo super afectuoso

Mab D Avilla, amiga inacabable, gracias por estar siempre con nosotros, con tu belleza de alondra y tus mensajes

Estas reflexiones y comentario sobre tan hermoso e idílico poema,es un honor para nuestro querido maestro y para la UHE.felicitaciones!!!

Un libro extraordinario prologado por un extraordinario Poeta no es para menos mis respetos! 

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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