La paz en alegres trinos se levanta,
extiende sus alas blancas,
y sus relucientes banderas blancas.
Cree en el beso y en la flor,
en la hermandad de los pueblos,
en la cordura de los humanos,
en la sensatez del diálogo.
Paz, paz, entonan las almas blancas,
paz, paz, pide a gritos la humanidad cansada.
La paz inicia su florecido camino
en la paz interior personal,
luego se proyecta e irradia
a toda la humanidad.
Tened paz unos con otros, amigos humanos,
¡Abajo los odios, envidias y rencores paganos!
Abajo las guerras y pruebas nucleares,
abajo los muros que separan los pueblos,
abajo las divisiones y discriminaciones.
¡Basta de luchar por bienes!
No a la compra de armas de guerras;
¡No a las bombas que aterran!
No a las armas químicas, ni bacteriológicas.
Hoy los trinos de paz
se apagan, en mundo dividido sin alma.
La paz se volvió en un pajarito solitario
que muere de sed
en este mundo inhumano.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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