Hay amores,
que dejan su huella inmortal en el alma
que te dejan crucificado en recuerdos,
que acarician tus días en dicha,
que se marcan a fuego en la piel,
y cuando se van,
dejan su espina sangrante vertiéndose.
Tú eras vida mía,
de esos amores danzarines
que hacen vibrar de emoción mi alma,
elevabas mi vida en mariposas,
tus rosas
besaron delicadamente mis emociones,
y presa caí en tus manzanales,
tus olores frescos me hipnotizaron,
tus colores galantes me fascinaron.
¡Oh,vida mía!
En tus fuentes yo bebía
y me saciaba.
Todo era para mí dicha clara;
sol del día.
Hasta que te fuiste,
y llegó la noche,
el sol moría para mí,
se marcó el silencio de las horas,
y fui un cuerpo mudo sin alma.
Tú, ya no estabas.
Se fue el amor, mi único amor,
el que me sustentaba,
el que mis días alegraba,
ahora sólo me queda,
llorar,
recordando sus llamas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú
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