Te vi perderte al fin
Te vi
en ese ángelus de otoño
con los labios teñidos de asperezas
de azucenas marchitas y rosas quinceañeras.
Te vi
con los ojos paridos de llantos usureros
con esa soledad que te quebranta
y aprieta tu garganta con sollozos de escarcha.
Te vi
tanteando las fronteras de tus pasos
encubriendo tus ojos
ahorcando los recuerdos
las grietas del espanto.
La perenne fragancia de los sueños recorría tu cuerpo temeroso.
Te vi
situada en la mesa desvaída de la vieja cantina
con tus labios pintados tu vestido escotado
tus tacones decanos
esperando a un señor que te llevara
a derramar sudor sobre tus pechos vencidos
hurtados a la vida por designio impreciso
convertido en calvario.
Te vi
detrás de tu retrato de domingo
con tu alma arrugada
atrapada en la jaula de los rancios fantasmas.
Una niña que añora sus días de ventura
respira una luz blanca
una flor de inocencia que nunca se ha manchado
porque tiene su esencia viajando por las horas
de luces consagradas.
Te vi
marchar despacio fingiendo una atractiva risa de halago
una risa surgida desde otro sustrato
donde vive la otra
la mujer que sofoca
la bronca que reporta su sentir de hojalata.
Te vi perderte al fin en el ritmo agitado
de la noche antropófaga
que examinando vientos extendió sus dos manos
y atrapó tu sustancia en el breve gobierno de la pausa del canto.
Y te vi en la vereda con el vestido aciago
desgarrado
sangrando con tu llanto
tu dolor de luciérnaga que ha apagado su luz
concediendo a la muerte tu entelequia acuñada
en esquinas de oferta.
La madrugada diáfana no quiso ver tu pena
ensayó una neblina con gotitas de angustia
para que no te vieran los chismosos de paso.
Y así te vi marchar hacia tu albergue lóbrego
la tumba que anhelante esperaba que abrieras una ventana al alma
para librar la esencia de esa vida sin tregua
sin una mano presta a acunarte en las noches
en que el mundo giraba con los ojos abiertos
y veía tu parco valor de ser un puerto donde encallar tu barco.
Te vi partir con mi pecho abrumado
mujer de nueve lunas
mujer gestada en églogas
mujer que no deseabas venderte como precio
de milenarias causas escritas con la infamia
de algunos hombres pérfidos que actúan como bárbaros.
Te vi en la dulceamarga tregua
desarraigarte sola con tus manos cruzadas
sobre tu vientre ausente vestido de nostalgia
por los hijos paridos
paridos y excluidos
por la impiedad escrita en tu historia malsana.
Fuiste una primavera abatida en su estreno
pues el averno impúdico incendió con sus vahos
el germen que deseabas entibiar con tus manos
y en los días de asueto tu corazón ladraba como un perro enjaulado
pintando el hilo rojo que desteñía tu entraña.
Te has ido hacia otras esferas con las plumas del sueño
en tu propio universo
a revertir la angustia con castañuelas prestas
a repicar auroras
y brindarte otro tiempo de construir victorias
despertando los ecos del cosmos que te escolta.
Beatriz Ojeda Derechos de Autor
Comentario
Muchas gracias María querida por tu maravilloso comentario y tu bello destacado
Besos de luz
Mi querida Aimée, cada ser humano nace con una historia ya escrita( eso creo yo)
Hay seres que deben transitar caminos muy complejos, sin embargo su esencia de niña/o los mantiene en algun lugar hermoso.
Muchas gracias por tu comentario tan estimulante y tu destacado.
Un enorme abrazo
Mi querido Críspulo, siempre es un placer encontrarte en mis letras
Infinitas gracias
Muchas gracias mi querido amigo Benjamín.
Es un placer recibir tu comentario
Abrazos
Una niña que añora sus días de ventura
respira una luz blanca
una flor de inocencia que nunca se ha manchado
porque tiene su esencia viajando por las horas
de luces consagradas.
Y es que tocas sentires con tus versos, calas profundo con tus letras del alma, llegas con ese vendaval preciado de oníricas imágenes que trascienden y dejan huellas.
Y la mirada de ese corazón agobiado jamás olvida la inocencia de antaño, pues lleva en sí la esencia de niña atrapada entre recuerdos que añora.
Nos entregas la maravilla de ese espíritu poético que se enriquece en la existencia y en el humanismo preclaro que trasciende hacia otros horizontes con las plumas del sueño, vislumbrando anhelos y acariciando auroras.
Me ha encantado la magia de tu versar tan inspirador que le abre las puertas a esas musas que susurran sus azares desde siempre.
Gracias amiga por tan hermoso compartir.
Te saludo y te admiro intensamente.
Es un honor poder contar con tu genialidad y talento.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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