Soy el A,
el número uno imbatible,
soy el reloj de mi propio reloj,
sobrepaso mis propias expectativas,
no parezco humano,
trabajo como un robot,
acumulo ladrillos de
eficiencia,
eficiencia,
productividad,
estrés.
Don goteros constantes, mis logros
mis insignias brillan como el oro.
Para el público soy el afortunado, el feliz.
Pero en la oscuridad de mi cuarto
lloro,
pues sangre me han costado
mis brillos,
envidias de todos los colores
y sabores,
y algunos platos de desprecios.
Quise ser un superhombre,
rebasé mis límites,
logré la meta anhelada,
pero siento en mi alma un frío de soledad,
una rosa desazonada
que me dice:
No has vivido de verdad
El feliz es el que no necesita tantos ambages
de superioridad,
el que con lo sencillo
sabe saborear la manzana de la plenitud.
Por las pompas de la gloria,
la vejez me vino encima,
sin darme cuenta
descuidé a mi familia,
los que en verdad me aman.
No viví, la vida me vivió,
mis sueños reales los comió.
Pensé que la vida
era siempre ser el número uno,
el más, más,
y solo soy un pobre hombre
necesitado de amor y tranquilidad.
muy solo,
como una hermosa perla
escondida en la concha de un temible caracol
que me abduce cada día más.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
Comentario
Gracias hermosa Silvana
Gracias Crispulo
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