-I-
En las orillas del río,
San Sebastián de mis sueños,
para el bien de vuestros hijos
grabé mi nombre altanero.
No importa que no me oyeran
los grillos ni las soisolas
ni que por ello quisieran
negarme alguna memoria,
sin destellos de amargura
guardé la vigilia toda.
-II-
Sé que dibujé caminos
desde mi casa a la hacienda.
Caramacate y La hermana
fueron orillas desiertas.
De El Infiernito a La Gruta
sembré mis versos e ideas.
De El Polvero hasta El Guanábano
-no importa otros nombres tengan,
la toponimia ha variado
pero es misma vereda-
Montado sobre las yuntas
de viejos bueyes de veras,
con aquellas mil premuras
engrandecía mi aldea
para conocerla más.
Lo dijo Miguel Utrera
que el soñador peregrino
que a sus recuerdos se aferra,
poco a poco hasta la vida
le va entregando a su tierra.
-III-
Yo miré otros horizontes
pero me mantuve en sueños.
Nuestros primeros amores
se quedan en el recuerdo,
pero también nuestras dudas
quieren el esparcimiento.
Así conocí otros mares,
otros lugares y vuelos,
otras colinas y ríos,
también otros pensamientos.
Mas, cuando mi ciclo acabe,
quiero estar bajo tu cielo.
Comentario
Gracias, María Gloria, por tus amables palabras.
Un deleite la lectura de sus hermosos versos estimado autor. Un cordial saludo.
Gracias infinitas, amigas Gloria Edith Elvira, por vuestros agradables comentarios.
Me ha encantado descubrir al querido maestro
escribiendo tan hermosos versos
Abrazos
Kokul 'al
Hermosos versos poeta
Amigo Hugo Mario, agradecido altamente por tu opinión y comentarios. Gracias de nuevo.
En mi humilde opinión, tu ciclo, querido Luis, permanecerá vigente, como sucederá con todos los humanos que han vivido generando buenos sentimientos y contribuyendo a procurar Vida más digna y sabia a sus congéneres. Te veo identificado claramente con ese tipo de gente. Admiro tu claridad conceptual y aprecio tu poesía.
P.S.: agradezco compartir esta bella muestra de tu talento expresivo, Luis, amigo mío. Abrazo y mis felicitaciones.
Gracias, Marñia Beatriz. Tienes razón, la primera tirada del romance adolece de esa obsevación que haces. Son descuidos que seuceden a veces. Gracias de nuevo.
Gracias Don Ernesto, Juan Eduardo y Rosa Elizabeth, por vuestros amables comentarios.
Gran poema de un gran poeta.
Bravo amigo.
Ernesto
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