CAPÍTULO 4
Regresamos a Doha a lomo de camello. El día siguiente viajamos a Kuwait, el más futurista de los países que visitamos. Kuwait City parecía una escena de Blade Runner insertada en el mundo árabe. Sentíamos que estábamos literalmente en otro planeta. Lo que más nos impresionó fue que los kuwaitíes nos contaron que el gobierno los enviaba a estudiar a cualquier universidad americana o británica y además los mantenía mientras estuvieran estudiando y con viáticos generosos! Ya nos moríamos nosotros por tener nacionalidad kuwaití. En el segundo día en Kuwait nos invitaron a una cena bastante tradicional y no supimos si lo que querían era hacernos sentir árabes o bien atendidos. Para empezar, la mesa era muy bajita y nos sentaron en cojines, no en sillas. Todo lo servían en platos muy pequeños, pero eran varias entradas y platos fuertes, por lo que nos sentíamos como en un banquete.
De Kuwait viajamos a los Emiratos Árabes Unidos, donde solo estuvimos un par de días en los que no alcanzamos a conocer mucho. Tenía un poco de cada uno de los otros tres países y no recuerdo que haya sucedido nada especial. Lo inusual empezó a suceder cuando llegamos a Egipto, el último país que visitamos. El Cairo era una ciudad demasiado misteriosa, demasiado grande, demasiado compleja y hasta diría que demasiado árabe. A diferencia de los otros países árabes, en El Cairo sentías la cantidad de gente, el tercermundismo, el caleidoscopio de sensaciones. Tal vez por estar en África, tal vez por su gran tamaño, tal vez por su historia milenaria, El Cairo era una ciudad de la que te impregnabas y no podías olvidar aunque quisieras. La sola vista del río Nilo te hacía alucinar y de cierto modo sentirte en la época de los faraones. Allí nos quedamos en un hotel situado en el centro de la ciudad, nada suntuoso, pero lo suficientemente cómodo para descansar del calor egipcio. Luego de descansar un poco, nos aventuramos a conocer los mercados callejeros, interminables como la misma ciudad. La cantidad de gente te confundía. Y pasó lo impensable: me perdí entre las multitudes y de pronto empecé a dar vueltas y vueltas sin avistar por ninguna parte a mis tres amigos. Me desesperé, por supuesto. Empecé a deambular por una cantidad de toldos y calles que parecían iguales, llenas de árabes y mercaderes de varios credos. Literalmente, estaba perdido en el mundo árabe…
Continuará...
Comentario
Me agrada ser la visita número nueve, y ahora mismo lo soy, aunque, está visto que antes pasé por aquí, don Malcolm. Espero no le incomode que pase más de una vez por sus textos. Abrazonrisas y buenas ondas.
Qué amable que sos, querido Hugo Mario Bertoldi Illesca !
Gracias por tan amable comentario, Maria Mamihega !
Refrendo lo que dice mi amiga María, Malcolm. Abrazonrisas y mis FELICITACIONES por tu capacidad de mantener atento y deseoso de nuevas experiencias narradas con tu calidad literaria y estilo desenfadado a tu grupo de lectores fieles, querido amigo mío. Creo que compraré una botella de licor cítrico para leerte en días lloviznosos como el que tenemos hoy en mi pequeña ciudad de la preciosa llanura santafesina.
Pasear por tus letras es siempre muy grato, e aprende se conoce y se pasa un grato momento que siempre agradeceré, un abrazo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME