LA BEFANA

[Luis Gonzaga Álvarez León]

LA    BEFANA ^¨

 

Un día, de un mes, de un año, la Befana fue a una fábrica de chocolates, porque necesitaba visitar a una bella chica que habitaba en el antiguo Municipio XIII, de la ciudad de Roma. ¡Cuál no sería su sorpresa, cuando se dio cuenta de que los moradores del lugar habían acabado con todos! ¡Hasta con los negros!

 

Con los chocolates negros, se entiende...  ¿No?

 

 

 

 

 

 

 

¨ La Befana es una vieja leyenda italiana que, según algunos historiadores, data desde la época de imperio romano y que sus habitantes la llamaban Satia (del latín satia-ae, que significa “saciedad”) o también Abundia (del latín  abundia-ae, que significa “abundancia”). Luego, cuando la iglesia católica comenzó a remplazar las festividades paganas y a darles nombres y/o motivaciones cristianas (no juzgamos el hecho; solo lo describimos), la temporalidad de esta leyenda fue ubicada el cinco de enero, para amanecer el seis. Por esta razón, se cree que el nombre de Befana sea una popularización de la palabra “epifanía”, cuya celebración católica se realiza en esa fecha. La Befana está representada por una vieja, con aspecto de bruja, lleva una gran falda oscura, con bolsillos grandes, un sombrero y unos zapatos raídos y una escoba muy pobre. Actualmente, en Italia, y en esa madrugada, la Befana visita a los niños y les lleva chocolates y caramelos. A los niños que se han portado mal, solo les lleva carbón. Claro, hoy día, esto ha adquirido un valor metafórico y esos carbones son también chocolates negros, pero en menor cantidad que la que les lleva a los niños que se han portado bien. Todo esto hace concluir que la Befana es una brujita buena y justiciera. La enciclopedia libre informa que esta festividad se ha realizado, y se realiza, a través de la historia y de la geografía, desde los tiempos pre-cristianos hasta nuestros días, con diferentes nombres.

 

 

 

 

 

 

[Maria Mamihega]

Muy buen relato, no lo conocía y agradezco. 

Un gusto leerlo maestro, abrazo.

[Trina Mercedes]

Interesante relato que a la vez sirve de fuente de retroalimentaciòn, gracias por compartirlo, con lo que me encantan los chocolates... lo triste es que todo en el tiempo desaparece. Un abrazo de luz.