…En instantes el paisaje se tornó hostil, confuso, delirante…desapareció por completo la gama de cálidos y un manto perlado tomó cuerpo.
…¿ ?...
Una culebra dejó su impronta en la arena y el zorro se perdió entre las cortaderas…arriba en el cielo, planeaba inquieto un pichón de águila.
Todo pronosticaba la llegada de la época de las lluvias.
El cauce del río cercano sintió rápidas corrientes que convulsionaban su serpenteado recorrido.
Árboles agitaron sus pesadas ramas como dando la bienvenida a la aguardada visita.
Bandadas de pájaros oscilaban en busca de ráfagas alentadoras, que señalaran su rumbo.
Solo el caminante solitario, ducho en recorrer caminos, no otorgó demasiada importancia al cambio que lo rodeaba.
Así parecía, pero la realidad es que se limitó-a sabiendas y sin resistencia- a que el cúmulo de aconteceres penetrara en cada uno de sus sentidos y se adueñara de toda su integridad…. Era grandioso, fantástico entonces, sentirse parte de ese momento.
Lo que a primera vista sugirió ser el preparativo del advenimiento de la bendita lluvia, unas ráfagas de aire caliente, casi abrazador, impregnaron el ambiente.
En un santiamén todo se transformó, era imposible distinguir el cielo de la tierra, caos general…
Locura total, frenesí por doquier…el paisaje se tornó en montículos de arena …lo único posible, tratar de respirar poco y cerrar los ojos…
¿Cerrar los ojos y perder ese paisaje desértico de dunas, espléndido en su nueva configuración?
Todo duró...difícil saber...el tiempo quedó atascado...quizás minutos, tal vez horas...inclusive podrían ser días o más…
Lo que si, no era factible calcular, ni siquiera imaginar lo acontecido.
Luces por doquier, confusión de colores, llamativos y resplandecientes…
No obstante el desconcierto, una plena sensación de seguridad llenó su cuerpo, ¿fue transportado a otro mundo, u otra dimensión?
Cuando despertó, aun confuso, trató de reaccionar y volver a la realidad… por otra parte, captó o así lo creyó, que el sueño o quizás su imaginación, fueron los promotores, que, tomando el timón de sus pensamientos, lograron bogar por una supuesta y fantástica galaxia, en una dimensión paralela.
Sea como sea, la sensación vivida fue de tal magnitud, que consiguió tambalear sus creencias de tal manera que dudó, inclusive, de su propia existencia.
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Autores
María de los Ángeles Roccato (Argentina)
Beto Brom (Israel)
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Imagen de la WEB c/texto anexado
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Comentario
Querida DELIA,
ambos agradecemos tus huellas.
Van un par de abrazotes...
María de los Ángeles/Beto
Muy trabajo, felicitaciones poetas
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