En el rincón del reloj que marca el destino,

donde el tiempo es un susurro, un fino hilo fino,

se entrelazan dos almas en un dulce compás,

donde el amor florece, sin mirar atrás.

 

No se mide en días ni en noches sin fin,

ni en años que pasan, como hojas en jardín.

El amor es un eco, un suspiro en el viento,

que se funde en momentos, en cada sentimiento.

 

No cuenta las horas, ni marca su inicio,

es un viaje intemporal, un eterno periplo.

En el lienzo del alma, la historia se escribe,

con besos robados y promesas que vive.

 

No hay medida exacta en el lazo sagrado,

que une corazones en abrazo sellado.

Es la suma de risas y lágrimas compartidas,

en el libro del amor, lleno de páginas queridas.

 

El tiempo es testigo, mas no es el juez,

pues el amor se nutre de lo que ofrece la tez.

En cada mirada, en la complicidad,

se cincela la esencia de la eternidad.

 

Así, en la danza del amor que no se mide,

se forjan memorias, se esculpen instantes de un guide.

El reloj puede avanzar, pero el alma se queda,

atrapada en la magia que el amor despliega.

 

 

 

 

 

 

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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