Se ha ubicado a Gabriela Mistral como poeta posmodernista. Esto indica un cambio importante respecto a la poesía modernista, aunque no llega a la oposición radical de los vanguardistas. Los críticos apuntan a que su libro DESOLACIÓN, aún denota rasgos del modernismo, aunque con poco influjo de Darío. Está más presente la idea de Poesía pura a lo Juan Ramón Jiménez y un poco Antonio Machado, como otros exponentes, Leopoldo Lugones en sus principios. Y sobre todo José Martí, por la sencillez de sus versos melódicos. Pero esto es una etapa que TALA deja atrás, donde se propone una visión estética y humana diferente. Los versos siempre están marcados por la idea de la musicalidad que las métricas tradicionales ofrecen a los poemas en castellano. Pero los poemas crujen e incorporan un lenguaje lejano a la idea de belleza per se, que es propia de los modernistas.
El posmodernismo se entiende hoy como una orientación del pensamiento que es crítica con las asunciones fundamentales y la tendencia universalizadora de la filosofía occidental. Enfatiza en la importancia de las relaciones de poder, la personalización y el discurso en la "construcción" de la verdad y examina el mundo.
La filosofía posmoderna es particularmente escéptica acerca de oposiciones sencillas binarias características del estructuralismo, haciendo hincapié en el problema del filósofo, distinguiendo claramente el conocimiento de la ignorancia, el progreso social del retroceso, el dominio de la sumisión, y la presencia de la ausencia.
Referente a la poesía posmodernista, donde se cataloga a Gabriela Mistral, a Juana de Ibarborou y a Alfonsina Storni, máximas representantes de la poesía femenina hispanoamericana en la primera mitad del siglo XX. Alfonsina Storni proviene de una fuerte influencia de Delmira Agustini, uruguaya que la antecede y que muere muy joven. A Delmira se le califica como modernista y tenía una importante amistad epistolar con Darío, pero sus últimos poemas parecen romper con la estética en boga y ya prefiguran la tendencia posmodernista y quizá algunas irrupciones de carácter fuerte que podrían considerarse como precursores de la vanguardia.
Si bien es cierto, estas mujeres están separadas de alguna manera de las ideas vanguardistas, debemos recordar que Gabriela Mistral es también una gran pensadora, de vanguardia, respecto al trasfondo social de la América Hispana y también respecto a la condición de la mujer. Son miles sus artículos esparcidos por diarios y revistas de diferentes países latinoamericanos. Recordemos que Gabriela fue una gran viajera, una exilada de su terruño, que llegó a sentirse fundamentalmente hija de una patria más grande: Toda Latinoamérica.
En TALA, su vocabulario es rico en matices, y no le preocupa usar palabras de un acervo popular, o de referencias a campos semánticos no concebidos en su época como poéticos, a veces extraídos de otras disciplinas: “el camino de juegos y expolios” “o vas en mí por terrible convenio” “galeoto a su padre galeoto” También usa la retórica de reiteraciones resignificantes, como: “un pecho vivo sobre un pecho vivo” “O te busco y no sabes que te busco”.
El primer poema LA FUGA, de esta parte denominada LA MUERTE DE MI MADRE, utiliza versos endecasílabos, aunque inicia con un heptasílabo y un verso de diez. Es decir, no le importa romper a veces el ritmo o cambiarlo. El uso de rimas asonantes le da también mucha musicalidad. Esto se da a partir del final de la primera estrofa y con seguridad en todos los versos pares a partir de la segunda estrofa. También es importante señalizar que muchas de sus imágenes o metáforas son plásticas, permiten visualizar y buscan la sugerencia más que el decir: “siempre por el rosario de los cerros / que cobran sangre para entregar gozo, / y hacen danzar en torno a cada uno, / ¡hasta el momento de la sien ardiendo, / del cascabel de la antigua demencia / y de la trampa en el vórtice rojo!”
El poema así culmina, con fuerza dramática pero también pensada elaboración versal.
Otros poemas utilizan otras métricas: de diez sílabas en el segundo poema, también con rimas asonantes o consonantes en los versos pares.
La muerte como tema busca desarrollar la idea del Carpe Diem, tradicional en la visión placentera del mundo ante la inminencia de la muerte. Pero se trata de un placer contemplativo, amoroso. Se puede decir que hay una visión mística que recoge el espíritu de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Ávila. Dame Tú el acabar de la encina / en fogón que no deje la hez; / dame Tú el acabar del celaje / que su sol hizo y quiso perder, / dame el fin de la pobre medusa / que en la arena consuma su bien”. En este Nocturno de la consumación, este recorrido por la naturaleza es una alegoría que se contrapone al alma humana. El dolor final es sentirse “despojada de mi propio Padre, rebanada de Jerusalem!”.
Este Jerusalem, debe concebirse como la arcadia, la ciudad mítica y utópica que nos concierne a todos como el regreso a casa del Padre, que está en el mito del hijo pródigo que recogen muchos libros sagrados, no solo la Biblia, y que en el libro apócrifo de Sto. Tomás tiene una explicación más profunda, y aunque Gabriela no pudo acceder a él, por un asunto de inconexiones históricas, al menos cuando escribió Tala, parece haber bebido de este.
Las referencias religiosas están siempre presentes, como modo de trascender, de hacer revelaciones, pero en oposición del yo lírico: Yo no he sido tu Pablo absoluto; inicia en Nocturno de la Derrota. Lo interesante es que el Pablo apóstol, es estudiado luego por su cercanía con el cristianismo primitivo de los gnósticos, por un lado, aunque en rebeldía a su vez con algunas de esas ideas, que lo confrontaría con la idea de la religión que luego adoptarían estados fundamentales del poder político. En todo caso, Pablo, es símbolo de una fe sin duda, y el yo lírico no se percibe así, sino dubitativo. Así se critica porque los valores cristianos en ella no son tan poderosos: Caridad no más ancha que rosa / me ha costado jadeo que ves / Mi perdón es sombría jornada / en que miro diez soles caer, / mi esperanza es muñón de mí misma /que volteo y que ya es rigidez”.
Sin duda versos que nos remiten a un lenguaje a veces coloquial: me ha costado jadeo que ves, pero casi siempre a un conceptualismo claro, que nos remite al barroco conceptual, tan propio de Francisco de Quevedo y Sor Juana Inés, una huella de influencia que podría estudiarse.
El nocturno de José Asunción, con claros intertextos del poema de José Asunción Silva, de carácter romántico y premodernista, dedicado a Alfonso Reyes, el Sabio, que estudiaría la obra de Gabriela Mistral con mucha profusión. Este uso de intertextos que parafrasea a un poeta de una generación anterior es una demostración de sus lecturas y de su talento creativo, basado en la idea de que todos los poetas estamos atravesados por la tradición anterior, por toda la cultura. “Una noche como esta noche” remite a “Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas”, del gran poeta colombiano. Y el intertexto se hace de nuevo explícito en los últimos versos, en referencia al suicidio de este poeta que hace un poema de amor a su propia hermana: “Noche en que la divina hermana /con la montaña se dormía”…
La segunda parte de Tala se llama Alucinación. En esta sección hay una recurrencia mayor a usar el verso menor, generalmente heptasílabos. El primero es un Madrigal, en la medida en que utiliza versos heptasílabos mezclados con endecasílabos. (7 y 11) y usa además rimas consonantes de acuerdo a la tradición del Madrigal.
Los poemas están muy en el tono de una belleza posmodernista, no rehúyen la estética del verso tradicional del castellano, las referencias religiosas, la contemplación de la naturaleza y el tema de la inspiración y el arte. El arrobamiento místico es parte de la poeta, aunque a veces utilice lenguaje popular subyacente, en forma muy comedida. “Pájara pinta / jaspeada / iba loca / de pinturreada”. Pág. 56. Así como palabras de mucha contemporaneidad: aplanamiento. El Tiempo se usa en mayúscula, como mencionando un dios, un personaje mítico. (pág. 52 PARAÍSO).
También la elaboración de poemas narrativos, que cuentan una historia como “Historias de loca”. Pág. 59 y 60. El uso de palabras difíciles de emplear por consideraciones de que son antiestéticas: tuétano. Trabazones…y otras al lado de cultismos como Solfataras, mención de la Eneida, del Ramayana, lo que indica un conocimiento también de culturas orientales como la literatura hindú antigua y por supuesto del Budismo.
La tercera parte, Materias, son cantos a las cosas y elementos: el pan, la sal, el aire, el agua, casi todos en versos de nueve sílabas. Aunque algunos poemas en arte menor, o con combinaciones. El aire con versos octosílabos y pies quebrados. La presencia del yo lírico festeja siempre la naturaleza.
La cuarta parte es América. Al SOL DEL TRÓPICO, AL MAR CARIBE, A LA CORDILLERA, AL MAÍZ y AL TAMBORITO PANAMEÑO, sin duda un antecedente al Canto General de América, de Pablo Neruda y por supuesto a Geografía invisible de América de Laureano Albán. Canto también presente en Pedro Mir (Rep. Domninicana) y los poetas suramericanos Antonio Miranda y Rubén Vela, entre otros. Pero que también tiene sus antecedentes en José Martí, Rubén Darío y otros.
La quinta parte es Saudade, expresión portuguesa para nostalgia por el amor perdido, o cabanga como decimos en Costa Rica. Poemas de la ausencia, y con mayor claridad del exilio, del que se siente parte la poeta. Veamos el poema La extranjera, donde se utiliza la tercera persona como sustitución del yo lirico.
La sexta parte es La ola muerta. De alguna manera continúa el tema de la ausencia, así como la enfermedad y la edad, el tiempo que pasa inescrutable.
La sétima parte, Criaturas, vuelve al tema de la vida y la muerte, el pecado y el perdón, como tópicos del cristianismo. (Lectura de Canción de las muchachas muertas).
Se puede decir que esta sección es de muchos personajes de la vida cotidiana, mujeres y hombres con su cruz a cuestas, sus pequeños dolores y caminos.
La octava parte es Recados. En el primer poema usa expresiones populares chilenas. Son también poemas de personajes que dejaron huella, por diferentes razones. Casi siempre mujeres.
En fin, un libro que motivó a la Academia Sueca para entregar el Premio Nobel a esta gran poeta y escritora chilena en 1945.
Ronald Bonila
Premio Nacional de Cultura
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