DUELO ENTRE TIGRE Y LEÓN

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Sentisemo me ofrece unos espectáculos fantásticos con los cuales me permite conocer la mezquindad y la grandeza del Ser Humano para atacarse los unos a los otros o para defenderse los unos de los otros.  En Sentisemo la verdad y la mentira difieren de la realidad tanto como el sol y la luna divergen de la tierra; sin embargo y a pesar de las evidencias, cada uno lucha por hacerse al trofeo de la razón.  Este paseo de hoy por Sentisemo sí que me ha enseñado que la verdad y la mentira se camuflan al servicio de un interés… sin condicionamientos ni exigencias, siempre y cuando haya acicate, aunque tengan que pisotear la realidad. 

Ahora camino por las calles plateadas por el resplandor de una luna llena que mancha un cielo azul preñado de estrellas.  De pronto observo a lo lejos grupos de personas haciendo filas ante las puertas de un coliseo.  Con algo de curiosidad me acerco a la muchedumbre para indagar a qué se refiere el solemne show de hoy.  Así es que me entero que el espectáculo trata de una feroz batalla que se dará entre un fornido tigre y un corpulento león.  La verdad, me dejo contagiar de las expectativas de toda esa gente y decido hacerme parte del público.  A medida que avanza la logística para el evento, me percato de que el público en su mayoría está conformado por dos sectores contrarios entre sí, quienes apoyan a uno u otro de los combatientes.  Sin saber en dónde acomodarme… al final me ubico en el medio entre ambos bandos; somos muy pocos los que estamos en el centro, a decir verdad, no obstante, me siento muy cómodo.   

De repente llegan unos lujosos carros que traen a unos ostentosos seres reconocidos por todos.  Por los altoparlantes del coliseo anuncian la llegada de los tres integrantes de la corte inmoral.  En seguida se escucha un tropel de ratas que intentan salir por las alcantarillas.  De nuevo se informa por los altavoces del estadio, el ingreso de los testigos a favor y en contra de cada uno de los fieros contrincantes.  

Una vez el público ha colmado las graderías del coliseo, comienza una batalla sin cuartel que no da tregua a ninguno de los dos feroces combatientes; durante la contienda los tres hijueperrutas lagartos que conforman la corte inmoral se confunden ante las apañadas versiones de los testigos, todas ratas de la más baja estirpe, que tan pronto dan fe de los terribles hechos objeto de la investigación que dio origen a este juicio y tan pronto se retractan. Entonces uno de los hijueperrutas lagartos toma partido a favor del león, en consecuencia, en contra del tigre; otro de estos jueces sale a favor del tigre, de lo cual se deriva que va en contra del león y el tercero de los hijueperrutas lagartos se toma la cabeza sin saber qué hacer o qué camino coger.  De tal manera que ante la imposibilidad de argumentar un dictamen coherente que le permita emitir una condena equilibrada, los tres hijueperrutas lagartos de la corte inmoral declaran un receso del combate para ellos, la corte inmoral, poder sesionar.  Los contrincantes se retiran a sus respectivas guaridas, cada uno con la tranquilidad de haber impuesto SU verdad.

Mientras la corte inmoral sesiona, sucede en el ring una escena novedosa que pretende dar alguna luz a los tres hijueperrutas lagartos de la corte inmoral con la esperanza de que emitan su juicio de una vez por todas.  Tres esbeltas doncellas aparecen en el escenario.

En el centro de la verdad y la mentira, fungiendo como árbitro de la fatal disputa, aparece altiva la realidad… un grito de alivio se escucha en la tribuna donde ambos bandos se sienten ganadores.  Sin embargo y ante la sorpresa de todos, la realidad toma con cada una de sus manos a cada una de estas dos doncellas por el cuello y así, empieza a volearlas hasta asfixiarlas mientras ella, la realidad, gira en la punta de sus pies hasta emborracharse con tantas vueltas que ha dado… 

[Maria Oreto Martínez Sanchis]

Excelente relato que me recuerda a la política de mi país y a los antiguos juicios de Dios medievales, en los que sólo podía ganar el defensor de la verdad. Aquí la realidad se ha «cargado» ambos bandos.

Felicitaciones por un relato exquisito.

Saludos

[Iris Girón Riveros]

Así como el sol y la luna

divergen de la tierra

y ambos nos alegran alumbrándonos

en horarios diferentes,

del mismo mado, los seres humanos

apelamos a nuestra razón

para demostrar nuestra verdad,

que a veces pudiera diferenciarse de LA VERDAD.

Agradecida Magnolia por tu compartir.

[Delia Pilar]

¡Muy bueno tu texto, Magnolia!

Felicito tu inspiración,

tienes una imaginación prodigiosa.

¡Felicitaciones!

Me quedó una intriga... ¿Qué es Sentisemo?

Quedo a la espera de que me despejes esta duda. 

[Aimee Granado]

Genial simbolismo que nos traslada a esa realidad que en Sentisemo ha cobrado su factura como árbitro, entre la verdad y la mentira.

Ella se impone con su genuino arrebato y desentraña los enigmas, tras la búsqueda de la razón cuestionada por la corte inmoral, que acorde con sus mezquinos intereses han de tomar partido, de un lado o de otro, tal es el caso.

Me encantan los  recorridos por este mágico lugar donde se puede reflejar tanto de la vida misma, de sus debilidades, fortalezas y vulnerabilidades expuestas libremente, mientras la realidad sigue girando en la punta de sus pies para embriagarse de sus propias objetividades.

Mientras, la verdad y la mentira siguen con su camuflaje tras ropajes y falacias, respondiendo a intereses que  muchas veces ocultan la realidad tal y como ha de manifestarse.

Interrogantes que han sido lanzadas tantas veces al viento sin encontrar las respuestas.

Sabio aporte que nos deja mucho para reflexionar .

Gracias por  compartir tanto del realismo mágico sugerente y atractivo.

¡Felicitaciones!