LOS GUARDIANES DE DON RASGULIO

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Hay un lugar donde me encanta pasear de vez en cuando, y con mayor razón en estos tiempos en los cuales la mayoría, cansados de descansar, tenemos que sacar algún tiempito para procurarnos un poco de cansancio.  Sentisemo es una cueva maravillosa, iluminada por luces de todos los colores que impregnan el ambiente de exquisitas siluetas.  Escapando de mí llego a Sentisemo para encontrarme conmigo.  Aquí puedo contemplar la inocencia de la creación. En Sentisemo, mi soledad me permite apreciar la multitud que llevo conmigo porque encuentro el mundo real, ese mundo invisible en la visibilidad.

Mientras camino por Sentisemo observo a un hombre de mediana edad en medio de una jauría de ocho lobos.  Me llama la atención la forma tan disciplinada como se encuentran distribuidos los animalitos a cada lado de su amo.  Intento seguirlo con la esperanza de entender el motivo o la razón por la cual los ocho lobos fungen como guardaespaldas de este elegante caballero… sin embargo, la jauría agresiva se opone furiosa, amenazante… esto me obliga a desistir de esta idea y me detengo en una esquina sin saber hacia dónde reanudar mi paseo. 

Hoy Sentisemo está más subyugador que de costumbre; hoy más que siempre los espejos refulgen cual cielo henchido de estrellas… me detengo un largo rato a observarme en las distintas imágenes que destellan los cristales.  Al cabo de un rato, atrapa mi visión una dama que anda paseando con su perrito por un parque.  Me recordó al hombre que paseaba escoltado por una traílla de ocho lobos.  Entonces me le arrimo con la intención de indagarla al respecto.

Luego del saludo normal, le pregunté a esta dama por el señor de los ocho perros guardaespaldas y ella me dio algunos detalles que lograron inquietarme un poco.

¿Don Rasgulio, dice usted?  –inquirió la señora en tono displicente- pues mire, ese viejo ha sufrido muchas decepciones por parte de varios de sus seres queridos más cercanos; historias de robos, traiciones y todo tipo de burlas y ofensas, y por eso desde hace algún tiempo ha decidido rodearse de estos animalitos y convivir únicamente con ellos; con ninguna persona habla ni comparte.  El viejo se basa en aquella filosofía popular que dice que: “entre más conozco la ser humano, más amo a mi perro”.  Y yo estoy de acuerdo con esta teoría, sabe?  Yo estoy segura que el ser humano es el ser más vil de la naturaleza.  En cambio, los animalitos solo saben amar.  Esos ocho perritos a nadie le permiten acercarse a don Rasgulio, ni cerquita a la villa donde viven; ellos son los guardianes. 

Al despedirme de mi informante mis pasos me llevaron sin mi consentimiento o quizás guiados por los gritos de un hombre pidiendo auxilio, a una lujosa residencia… a medida que me acercaba se hacía más evidente la angustia de alguien clamando auxilio.  Al llegar al hermoso y fastuoso enverjado, cuatro lobos saltan a defender su territorio con ferocidad…  en esos momentos se escuchan unos frágiles lamentos pidiendo agua…  luego de unos instantes… Don Rasgulio murió sin recibir socorro, pero custodiado por sus nobles guardaespaldas…

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Gracias Benjamin. 

Saludos Poeta, desde mi amada Colombia. 

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Gracias María de los Ángeles por tu presencia y comentario. 

Un abrazo Poeta, desde mi amada Colombia. 

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Gracias Iris por tu comentario y generosidad al destacar mi relato. 

Un abrazo Iris, desde mi amada Colombia. 

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Gracias Delia por tu presencia y comentario. 

Saludos Poeta, desde mi amada Colombia. 

[Magnolia Stella Correa Martinez]

Sin duda alguna querida Aimée, más allá de las personas, que vienen y van... el Ser Humano es irreemplazable. 

Gracias infinitas por destacar mi escrito.  Bendiciones por montones Poeta. 

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muy buen relato con un final sorprendente, Magnolia!

[Maria de Los Angeles]

MAGNOLOIA

[Iris Girón Riveros]

"...“entre más conozco al ser humano, más amo a mi perro”. 

Y yo estoy de acuerdo con esta teoría, sabe?

 Yo estoy segura que el ser humano es el ser más vil de la naturaleza. 

En cambio, los animalitos solo saben amar..."

Es un relato que hace meditar mucho

en la fragiliad del ser humano cuando --a veces--

olvida su deber moral de ayudar al prójimo,

y actúa con cierto sutil egoísmo...

pero realmente, somos seres muy complejos.

Traigo a mi memoria unos versos del bello poema

del Poeta y escritor mexicano Juan de Dios Peza,

"Reir llorando" quien dice:

"...yo les llamo a los muertos mis amigos;

y les llamos a los vivos mis verdugos...".

Muchas gracias Magnolia Stella, por este relato muy bueno.

[Delia Pilar]

Me encantó tu relato. Tienes oraciones muy profundas y bellas...  Ej.: "Escapando de mí llego a Sentisemo para encontrarme conmigo.  Aquí puedo contemplar la inocencia de la creación."

De qué manera buscando una pretendida seguridad y soledad esto se volvió en contra en el momento en que era imperativo recibir ayuda.  Vivir aislado por decepciones que se hayan sufrido no tiene sentido de ser, el hombre es un ser social. 

¡Felicitaciones, Magnolia!

[Aimee Granado]

Un inesperado final con una moraleja muy precisa que se escapa de tan asombrosa narración.

No podemos perder la fe en la humanidad, aunque por azares de la vida se hayan tenido experiencias desagradables, traiciones, deslealtades e infidelidades, ella siempre nos enseña y nos permite acercarnos a sus contiendas con la esperanza multiplicada, confiando en el ser humano, en el que tiende su mano para ayudar sin condicionamientos.

Es cierto que vivimos momentos aciagos, donde la desesperación y la incertidumbre aparecen entretejidas como para ahogarnos en sus flagelos, pero la condición humana y sus valores también han de vislumbrarse a pesar de todo.

Me encantó tu mensaje a través de tan extraordinarias figuras e imágenes que utilizas con magistral desempeño.

Felicitaciones por esta entrega que nos hace reflexionar y tomar acciones.

Un abrazo cordial.