AYER TE VI

[BRAYNER ABRAHAN GOMEZ BAEZ]

 

Ayer te vi, y tu mirada se enlazaba con la mía,

pude escuchar tu sonrisa, pero en ella se anidaba la tristeza.

Observé tu pecho, y en él pude ver

un corazón como un témpano de hielo, con cadenas circundantes.

 

Saqué la espada de la palabra y golpeé

con la tilde más aguda las cadenas,

más me fue imposible romperlas,

faltaba el elemento más preciado: el amor.

 

Saqué entonces la espada de la realidad,

y rompí esas cadenas que hacían estruendos

en el lago del olvido.

Tu corazón se calentó,

y con un beso nuevamente de amor se llenó.

 

El hielo se fundió en un susurro de esperanza,

las cadenas cayeron al abismo del pasado.

Tus ojos brillaron, libres al fin,

y en ese instante, el amor floreció, renovado.

 

Caminamos juntos por senderos de luz,

dejando atrás las sombras, el peso del dolor.

Cada paso resonaba en armonía,

con el ritmo de dos corazones latiendo en libertad.

 

El viento susurraba secretos de antaño,

y nosotros, inmersos en el presente, los escuchábamos.

Los árboles inclinaban sus ramas en reverencia,

mientras el sol tejía doradas coronas sobre nuestras cabezas.

 

Cada mirada tuya era un rayo de sol,

cada sonrisa, una flor abriéndose en primavera.

Las cadenas rotas se disolvían en el aire,

como humo desvaneciéndose al amanecer.

 

Sentí tu mano, cálida, firme,

como un ancla en un mar de tranquilidad.

El tiempo se detuvo, el mundo se redujo

a ese instante perfecto de unión y redención.

 

La esperanza se convirtió en nuestro refugio,

y el amor, en la fuerza que nos guiaba.

El pasado se desdibujó, perdido en el horizonte,

mientras el futuro se abría ante nosotros, brillante.

 

Ayer te vi, y hoy te veo aún más claro,

libre de las ataduras, vibrante en tu esencia.

Nuestro viaje apenas comienza,

y cada día es un verso, una promesa renovada.

 

Así, con cada amanecer,

seguiremos escribiendo nuestra historia,

dos almas entrelazadas,

desafiando el tiempo y el espacio, siempre juntos.

 

 

 

 

 

[Delia Pilar]

Bello poema, las limitaciones de una relación 

se van disolviendo cuando el amor hace su presencia triunfal.