ANOCHE ME HABLÓ JESÚS

[José García Álvarez]

ANOCHE ME HABLÓ JESÚS

 

 

Anoche

me habló Jesús,

al observar mi flaqueza.

Anoche

me habló Jesús,

sabedor de mi tristeza.

Su voz,

como dulce brisa,

acariciador su acento.

Su voz,

como tierno aliento,

y, fraternal, su sonrisa.

Con Amor,

Él me decía:

“¡Confía, siempre, confía!

Ayer, fuimos

como el viento

y el polvoriento camino.

Hoy, somos

árbol y sombra,

de inseparable destino.

Mañana,

seremos gota,

una con otras, vecina,

un río

que no se agota,

un mar que hacia Dios camina.

No sufras

sintiendo aquello

que, ahora, forja el dolor.

Después,

seremos AMOR,

allí donde todo es bello.

Tiempo es

del corazón,

lo que, del Alma, subsiste.

Tiempo es

de la razón

por la que tú lo quisiste.

Tú en Mí,

y Yo contigo,

y el Padre que está con todos.

Los modos

no son, a veces,

los que, el Bien, llevan consigo.

Tu amor,

que no sea así:

dalo sincero y con creces.

Ama a Dios,

dale alabanza,

y sigue con tu porfía.

Cree en Mí,

ten esperanza,

que está muy cercano el día.

¡Confía, siempre, confía! ”

 

Anoche,

me habló Jesús,

y recobré mi alegría. 

 

  ......ooooooOoooooo...... 

José García Álvarez

  Roquetas de Mar - España

                 

[Trina Mercedes]

sublime poema mìstico que me ha encantado leer con agrado y satisfacciòn al estar dedicado a Dios que todo lo puede y conforta. Sentiste la poesìa y sobrò la inspiraciòn esa misma que EL te ha obsequiado como don  bendito, un abrazo de luz desde mi querida Venezuela.

[José García Álvarez]

Gracias, Haydée, tus amables palabras me llenan de gozo.

La oferta más milagrosa del Genio Solar, Cristo, es la propagación de su amor sublime al género humano a través de los siglos. Es un regalo del que parte de esta Generación aún disfruta.

Yo mantengo el sentimiento como algo cotidiano y percibo su presencia.

Con Él te dejo, cobíjate en su corazón.

[Haydée Núñez Martínez]

Apreciado poeta... bellísima poesía..!!!  que transporta el alma a un espacio sublime, donde no caben la duda ni la tristeza.. más bién se llena de alegría todo el espacio y me lleva a seguir creyendo en ese bello ser que brindó todo el amor que se necesitaba  y nos regaló y sigue haciendo, tan espectaculares milagros... un dulce abrazo llegue a tu presencia..Haydée..

[José García Álvarez]

Así es, Cuau, la debilidad se apodera de nosotros algunas veces y entonces necesitamos un amigo. Esta vez es uno especial, el mejor, que sabe comprender lo que en verdad hay en el Alma humana. El doblez no la beneficia.

[José García Álvarez]

¡Ay, Ingrid, qué placer siento en el Alma al leer tus hermosas palabras!

Me traes el recuerdo de cuando caminaba con Cristo, el Genio Solar, por los caminos de Palestina y escuchaba fascinado sus palabras. Ha sido el compañero de toda mi vida, y nunca le olvidaré, esté donde esté.

Gracias, mi dilecta amiga, que Dios te bendiga, te proteja y te cuide.

[José García Álvarez]

Me hace feliz leer lo que escribes de mi trabajo, Bethzaida.

Deseo hacer llegar a todos el inmenso Amor que siento por el que fue mi Maestro y lo sigue siendo, Jesús el Cristo, un Ser inigualable.

Gracias por ser tan generosa conmigo.

[José García Álvarez]

Te comprendo bien, Edith, pues eso mismo siento yo.

¿Sabes? En el pasado estuve a su lado. Ahora Él está al mío.

Gracias por tus palabras llenas de armonía.

[José García Álvarez]

Mira, Iris, te confesaré algo: JESÚS ES MI AMIGO.

En mis momentos de debilidad, Él siempre ha estado a mi lado.

Sí, es una plegaria de dicha y felicidad.

Gracias, mi querida amiga.

[Iris Girón Riveros]

"...Anoche

me habló Jesús,

sabedor de mi tristeza..."

Es como una plegaria de dicha y felicidad

porque Jesús te habla y te da serenidad.

cura tus penas, flaquezas y tal vez tu soledad

pero tienes un Amigo que siempre es la Gran Verdad.

Me encantó leerte estimado poeta José.

FELICITACIONES.

[Edith Elvira Colqui Rojas]

Preciosos  versos y sabes a mítambién me habla en la oración y durante todo el día, tanto si obro bien o mal ,es mi luz mi guía, mi todo. Gracias por tu hermoso poema