Estaba harta de tantas medicinas, una para el corazón, otra para la diabetes, otras para las articulaciones, etc.
No quería tomarlas, pero debería tomarlas, pues si no ponía en riesgo su vida.
Todos los días vivía el mismo drama, soportar los efectos secundarios de las medicinas que tomaba,
mareos, dolor de hígado, subidas y bajadas de presión.
Su vida era un infierno y lloraba mucho por ello mirando sus cuadros de Jesús y la virgen María, (pues hasta las ganas de rezar se le habían quitado)
Un día no aguantó más y planeo quitarse la vida, pues se sentía muy sola, y así enferma, creía que ya no valía nada.
Cogió el cuchillo de la cocina y cuando estaba a punto de clavárselo en el pecho, oyó una voz que le decía:
“Clara no te mates, yo te ayudo”, entonces asustada, dejó caer el cuchillo en el piso y en su habitación se puso de rodillas y pidió perdón a Dios diciendo:
“Aún me quedas tú, señor, tú me ayudarás a sobrellevar mis males y ser valiente”
Y desde ese día se propuso rezar y poner más fuerza de voluntad, de este modo con fe y optimismo iba superando sus males.
Y volvió a sonreír en medio de su realidad. Una nueva luz de esperanza le estaba dando Dios y ella no la iba a desaprovechar.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
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Gracias por leer
Dramáticos momentos y sabias decisiones.
Gracias por compartir tu texto.
Felicitaciones. Un fraternal abrazo.
Bello, esperanzador y real.
Claro que estará en la antologia.
Bienvenida.
Gracias mi querida amiga Maria
gracias Teodora bella
Gracias por leer Jesusito
Muy buen microrrelato poetisa Edith. Felicitaciones desde mi Caracas/Venezuela.
Gracias Maria bella
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