Esa noche

 

El desierto lo llevaba impregnado

en mi alma.

En el insólito camino de mi

vida,

en uno de mis andares,

la luna y las estrellas

me llevaron a esa noche

de música y canto

donde un lirio a mi encuentro

apareció.

Al posarse a mi lado sus pétalos

abrió y calor a mi vida dio,

sus palabras, como gotas de rocío

a mi sed calmó.

Aunque la distancia nos separa

cada día nos acercamos más,

la amistad como un árbol frondoso

instalada está,

una amistad que nos abraza sin

vernos,

y un trino de cotidiano canto

nos traslada a un mundo

de eterno encanto.

 

Teodora E. León Salmón – Telsa

10-7-20

D.R.

Vistas: 11

Respuestas a esta discusión

RSS

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…