La mitad inferior de nuestro cuerpo
está enhiesto sobre la tierra,
afirmándose y enraizando en ella.
La superior posee un corazón
-late, ama y se expande
con el sentimiento-
y allá en lo alto,
cerca de las estrellas,
una cabeza con su corona
de cabellos flotando en el viento.
A la vera, un río de luz
surca los cielos
y se derrama sobre el rostro
mientras se refleja en las pupilas.
Los sueños prestan alas
a ese destino de pájaros,
al deleite de volar
a las alturas y gozar el azul.
De todo este anhelo de eternidad
solo restará
un puñado de leves cenizas…
¡un soplo lo hará
desaparecer en la brisa!
Delia Checa - D. A. R.
Mendoza, Argentina - 2017
Comentario
Excelsa descripción del ser humano y muy significativa la conclusión final.
Sugiero que antes que se cumpla tu premonición, aprovechemos y disfrutemos c/día como si el último fuera.
O sea...¡¡¡ A VIVIR !!!
Van abrazotes, amigaza
Delia,
Un bello poema, muy sutil y dulce en su contenido.
Saludos y bendiciones!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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