Para personas sin perdón en el corazón,
la vida es peor castigo que la muerte.
Anónimo de la película “La casa de enfrente”.
No me provoques, amor.
No busques alimento para tu drama,
para ese ser íntimo carente
y dolorido que te habita.
Te observo absolutamente
decidido a buscar mi reacción.
Sabes que soy vulnerable,
conoces mis puntos débiles,
sabes de memoria
dónde se halla mi talón de Aquiles.
No reiteres tus ofensas,
soy un ser humano
y eso significa que puedo reaccionar
de la manera más desagradable.
No alimentes tu ego herido
con estímulos emocionales.
Sé que aquel permanece agazapado
en tu inconsciente presto
a entrar en acción ante el motivo más nimio.
Evita que nos precipitemos en un infierno
de odio y rencor en el que quedaremos atrapados.
En ocasiones te sumes en un pozo de silencio
ostentando una energía intensamente hostil,
en esos momentos no te reconozco,
eres la versión distorsionada del ser
con el que decidí compartir mi vida.
Te impulsa en ellos el deseo irrefrenable
de infligir y recibir dolor.
Como un demonio este emerge de tu profundidad
y toma posesión de tu ser…
¡Desconozco por cuánto tiempo!
Delia Checa – D. A. R.
Mendoza, Argentina - 2020
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Excelente trabajo querida delia, un placer la lectura.
Hay un dicho muy bien dicho que recita así...
el valiente vive hasta que el cobarde quiere. Algo así no?
Abrazo fraterno.
No conocía el dicho y me parece muy sabio, Ma. Gloria.
Muchas gracias por leerme y dejar tus gratas palabras.
Delia:
Hermosa obra has realizado. Te felicito por tu creación.
Muy agradecida, Silvana. Sumamente grato tu comentario.
Fina Escritora y Poeta, al dar lectura a tu texto, nos despierta el pensar y reflexionar, sobre lo desagradable
que puede estar sometido un ser humano.
Felicitaciones. Un saludo fraternal.
Muchas gracias, apreciado J. Jesús.
Saludos fraternos.
¡Muchas gracias, amigo Benja!
El odio, el resentimiento, el rencor, y todos sus derivados son combustibles para los grandes males de la humanidad.
Un placer apreciar tus letras querida amiga.
Saludos desde Colombia, Delia.
Así es, Magnolia. Y multiplicado es lo que impulsa la guerra entre naciones.
Muchas gracias, amiga.
Muchas gracias, mi apreciada Ma. Ángeles.
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