Dulce doncella que de tierras
hispánicas llegó, única hija
de capitán de la Corona...
Mburucuyá fue apodada
por su enamorado, nativo
de americano suelo,
que tiernamente la amaba...
Su padre, autoritario,
a otro capitán la prometió...
Amargamente la joven
se deshizo en llanto
implorando que no la obligara
a casarse con quien no amaba.
Sin lograr compadecerlo,
le fue ordenado permaneciera
encerrada en su cuarto
hasta sus esponsales...
Su amado desde
el jardín la ventana
del cuarto observaba
donde su amada
por él penaba...
Toda la noche en pie
hasta que los primeros
rayos del sol lo delataban...
Entonces, con honda
amargura el lugar
abandonaba...
Transcurridos los primeros días,
con una flauta una hermosa
y melancólica melodía
antes de retirarse, al alba,
ejecutaba, música que inundaba
de amor el corazón de la joven...
Hasta que las noches
enmudecieron y de angustia
la joven se llenó....
¿Qué habría ocurrido?
Pasaron varios días
y esta no volvió a escucharse...
Hasta que por una mujer mayor,
que a la ventana se acercó,
la joven fue informada que su amado
había sido asesinado
por su padre, el Capitán.
De su encierro por la ventana
pudo escapar y encontrar
el cadáver de su amado.
En su desesperación
una flecha en su pecho
hundida fue por ella misma...
Cuentan que de la tierra
donde ambos cuerpos
fueron sepultados
nació una extraña planta
que con zarcillos con pasión
al lugar se adhería,
una bella flor de ella nacía,
que en su corola clavos
y corona de espinas
ostentaba y cuyo fruto
mostraba pequeños coágulos
de sangre como semillas...
Al ser muda testigo
de ese gran amor
que la muerte trascendió
pasionaria le llamaron...
Delia Checa - D.A. R.
Mendoza, Argentina
2015
Etiquetas:
Excelente aporte, felicitaciones
Muy agradecida, Elías.
Es muy grato tu comentario.
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