¿Acaso nos hicieron con esta misma sed

de incendios solos?

¿Y que fuese entonces la medida de tu boca

y sus pulsaciones igual a mis delirios,

completa de latidos…

Amar te duele y te duelen también

mis afanes por coronarte de regocijos

a cada instante.

Y te duelen mis besos atrevidos

en la sala inclemente en que te amo.

Tu alma la concibo entonces

como bandera agujereada

por este amor

que te saca del centro y te…

Deja ya suspendido ese velamen.

Escucha. Es sólo el viento,

el viento, sólo eso,

inaugurando nuestros poros

con sed de traspasarse y ser la música

festiva del encuentro.

¡Ah, el agua que enarbolo fecunda

para alcanzar tus praderas

y anegarlas…

                                                                                           “Hoy pretendo entregarte

                                                                                              una tarde…

Que nos queda, amiga, sino lo impuro y lo puro,

estos placeres de la noche que siempre nos han acompañado,

que siempre han forjado nuestra efímera libertad

en un mundo de señores.

Por eso, te escribo ahora, tú que llenaste tantas páginas

de tu historia y las nuestras,

mientras nos quitabas las…

CON ESTE POEMA SE INICIA MI POEMARIO EL LIBRO DEL (BUEN) AMOR, PUBLICADO EN EL 2016 por Casa de Poesía, con algunos de estos poemas inicié mi participación en la UHE, en el 2011. Abrazos

No sé hace cuánto me amaron

y amé como si se extinguiera

la noche,

y no quedase más

que la luz…

Muchos más pernoctaron

debajo de ese clavicordio,

entre los saxofones

y también con los vituperios

de extraños anodinos

que no entendieron ni su fuego

ni la sangre.

Sí, muchos se arroparon en mi sed,

eran ellos o ellas

en un largo…

Con este poema se cierra la primera parte del ALTAR DE DESCONCIERTOS, o sea, del DESCONCIERTO (A ELLOS)



Último movimiento (epílogo con percusión final para Rubén Darío)



¿No fueron estos los festivos días?

No fue la cornumenta

de los toros de lidia,

sacrificados entre su propia…

Aun cuando la noche – lo sé,

eleve su fragmento de clara oscuridad

para tocar la aurora,

me vi buscando amor o el descanso.

Aunque la noche, que lo es,

que ya lo sea,

pregunte por tu sombra

que era vaguedad de lo infinito;

y aún cuando sea noche,

la noche oscura que deja…

Camuflada con el nombre de esa amante,

perdida once días, quizá la amnesia

le servía de puente a la imaginación.

Poirot buscaba el reloj de pulsera o un pañuelo,

quizá moría en su último viaje indagatorio,

mientras ese otro personaje que no está

más que escribiendo…

Yo soy un campesino todavía

y me asedian como a vos églogas extrañas,

sonatas donde el arpa dejó perdida

la inocencia, la furia, la torpe calavera

que nos llama.

Sé que mirás desde la ventana

el mismo cementerio de mi abuela,

“la vida se desciñe sus cadenas,

la carne se hace espigas o azucenas”.…

Este es el azul,  este el rojo carapacho,

la casa y la canción.

Ya no hay miedo al decir desde esta sangre

que bambolea en los tambores,

si son las caderas del deleite al convite;

también la vida saliendo por los poros

no nos negará la saliva ni la fuerza,

tampoco los zaguanes…

¿A qué viene esta diatriba, o este diálogo

contra la guerra con barberos y barbechos?

Si Dulcinea no es una metáfora

sino la real mujer de tus amores

y tu bacinica escondida bajo la cama

también a veces la reclama

aunque se convierta en…