Trigésimo Octavo Movimiento (a Ángela Davis, blues de los puños femeninos)

[Ronald Bonilla Carvajal]

Este es el azul,  este el rojo carapacho,

la casa y la canción.

Ya no hay miedo al decir desde esta sangre

que bambolea en los tambores,

si son las caderas del deleite al convite;

también la vida saliendo por los poros

no nos negará la saliva ni la fuerza,

tampoco los zaguanes interminables de tu ira

me dirán con quién bailar

la noche de la euforia.

 

Ya no te tengo miedo, viajero intermitente,

tampoco me oirás gemir esta canción,

tampoco sollozaré en silencio ante el micrófono.

Ya no sabes más que ser el émulo del blanco;

maldito, si aguantaste ser esclavo,

sé el hombre ahora de tus hijos,

déjame bailar con quien yo quiera.

No me voy a blanquear por ser mujer.

 

Este es el azul inerme del compás,

este es el rojo del corazón que nos alcanza.

Aprendamos la libertad entre la noche.

De mi libro inédito ALTAR DE DESCONCIERTOS

DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS POR LEY

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, j3esús, por el comentario y el destacado, abrazos.

Gracias, Aimé por tu amable lectura y comentario, abrazos.

Gracias, sí, amigo Luis, esas instancias de mi poema obedecen o se inspiran en un ensayo de mi homenajeada en que reclama el machismo y las relaciones patriarcales que los hombres negros exhibían contra la mujer, abrazos.

[Luis Gonzaga Álvarez León]

Es un poema en donde los contenidos conceptuales se transforman en arma para la defensa de la afroamericanidad. Es también un reclamo al hombre negro que no se ha incorporado a la lucha que generalmente fue emprendida por mujeres. En estas palabras está la clave de ese reclamo inminente.

¨Ya no sabes más que ser el émulo del blanco;

maldito, si aguantaste ser esclavo,

sé el hombre ahora de tus hijos, ¨

Mis mayores congratulaciones, amigo mío.

[Aimee Granado]

Como siempre nos acostumbras, tus aportes son joyas de arte y para el arte.

Un abrazo de corazón a corazón.