EPÍLOGO EN EL AIRE

[Ronald Bonilla Carvajal]

 

Muchos más pernoctaron

debajo de ese clavicordio,

entre los saxofones

y también con los vituperios

de extraños anodinos

que no entendieron ni su fuego

ni la sangre.

 

Sí, muchos se arroparon en mi sed,

eran ellos o ellas

en un largo desfile

debajo de las contratapas de cuero

que no podían olvidar ningún camino.

Muchos que irán llegando,

silentes o ululantes,

asustados o atrevidos,

provocativas ellas, provocadores ellos,

mas viceversa.

 

Irán cada uno a la espalda de goce o de dolor

y tomarán su pentagrama azul, o laminado,

en sepia o en lullido,

sus instrumentos predispuestos siempre

de nuevo blandirán.

No te dirán palabras, sólo izarán su tamboril,

su marimba, su viola escandinava, su acordeón,

su luz de llama en los timbales,

en la osamenta triangular o en las campanas,

dejarán un poco de calcio bajo la piel

de sus olvidos.

 

 

Y al fin, cuando ya pensabas

en la mudez de los sagrarios,

verás que nace, de entre todos sus filamentos,

una aurora profunda

para el hombre y la mujer,

entrelazados.

 

Ya no estarán solos

nunca los versos.

 

 ÚLTIMO POEMA DE MI LIBRO INÉIDITO

ALTAR DE DESCONCIERTOS

DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS POR LEY

nOTA: AUNQUE EL PROYECTO NO ESTÁ TERMINADO,

 

 

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, María, abrazos

[Maria Mamihega]

Me encanto, un placer leerlo

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, amiga Bethzaida, un fuerte abrazo

Gracias, María Dolores, abrazos mil que derriben las distancias.

[maria dolores velasco vidal]

Hermoso fin de tu libro. Creativo y de hermosos versos. 

Enhorabuena, amigo , un fuerte abrazo