«🎤 El Camino… a la Cocina»
(Sale al escenario una persona con bata, pantuflas y cara de crisis existencial. Mira al público con dramatismo.)
¿Quién dijo que el camino de Santiago era duro? ¡Eso es porque no han vivido el verdadero calvario… el épico, el legendario… el Camino a la Cocina! (Pausa, voz baja) Desde la cama.
(Se lleva la mano a la frente con solemnidad.)
Hoy me desperté con hambre. Hambre de esas que te susurran al oído como ex… a las 3 de la madrugada. Me dije: «¡Voy por un bocadillo!». Pero el cuerpo… no reaccionaba. Estaba en modo ahorro de batería.
(Pone cara de zombi, empieza a caminar en cámara lenta.)
Arrastré una pierna… luego la otra. ¡Oh, sí! Como gladiador herido. Cada paso era un suspiro. Cada metro, un poema trágico. ¡Y todo para llegar a esa tierra prometida donde habita el queso rallado y la tortilla del día anterior!
(Larga pausa. Mira al público fijamente.)
La cocina estaba… a siete metros. Lo sé, porque los conté. Como quien cuenta años de condena.
Y justo cuando estaba a punto de alcanzar la puerta… ¡zas! ¡El gato! Sí, ese felino traicionero, cómplice del sofá. Me mira, se estira… y se vuelve a dormir.
(Se agacha dramáticamente, como si estuviera vencido.)
«Vuelve a la cama», me decía mi otro yo. «Haz ayuno intermitente… o permanente. Total, ¿quién necesita comer?»
(Pero se pone de pie con orgullo.)
¡No! Yo, guerrero del hambre, crucé la frontera del pasillo. Abrí la nevera… ¡y vencí al dragón del yogur caducado!
(Alza los brazos como Rocky.)
¡Y ahora estoy aquí, público querido, para contar mi historia! Para recordarles… que cada uno tiene su propio Santiago. El mío… tiene tostadora.
Natuka Navarro
Luna Poetiza
Comentario
«¡Jajaja María, me hiciste reír! Tu versión suena aún más completa: con tostadora, mate y queso no hay poema que se resista. ¡Gracias por tanto entusiasmo! Me encantó que te haya encantado. 💛
Con pasión a la cocina te mando besitos de rosas que dan un olor magnifico, Natuka»
«¡Jajaja, Beto querido! Así da gusto leer comentarios: con humor, sabor y cariño. Que nunca falte ese rito sagrado de la cocina… ni el dulce de leche, ¡claro! Gracias por estar y por ese abrazote tan sabroso. ¡Te mando otro igual de dulce!
tu amigucha Natuka»
«¡Muchísimas gracias, Delia! Me alegra profundamente que lo hayas disfrutado. Qué bonito sentirme acompañada en este rincón de letras. Un abrazo grande y mi gratitud siempre.
Natuka»
Yo, la noche la ocupo en dormir; eso sí, durante el día el camino a la cocina es un rito necesario y muy rico.
Tus escritos, amigaza, siempre dejan ese gustito de cortos.
Va un abrazote lleno de dulche de leche
¡¡¡MAravilloso!!!
Comparto el DESTACADO de María.
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