Era Nochebuena en la pequeña ciudad de Estrella Blanca . La nieve cubría los tejados y las luces titilaban como estrellas en todas las ventanas. Martín, un niño de siete años, miraba por la ventana de su humilde casita, soñando con un árbol de Navidad lleno de regalos, aunque sabía que su familia no podía permitírselo.
Aquella noche, mientras todos dormían, Martín oyó un suave tintineo. Al abrir la puerta, vio a un perro blanco y lanudo, con un collar que decía: «Soy Milagro. Sígueme». Sin dudarlo, se abrigó y lo siguió por el bosque cubierto de nieve.
Caminaron hasta un viejo granero abandonado. Al entrar, encontraron a una familia de viajeros que se había quedado varada en medio de la tormenta. Martin corrió a buscar a sus padres y juntos les llevaron mantas y comida. Los viajeros le dieron las gracias entre lágrimas.
La mañana de Navidad, los niños se despertaron entre risas y abrazos. Delante de la casita de Martín había un hermoso árbol iluminado y regalos sencillos, como si el espíritu de la Navidad les hubiera visitado.
Desde entonces, todos en Estrella Blanca recuerdan la noche en que una perra llamada Milagro les enseñó que el verdadero regalo es compartir amor y esperanza.
Natuka Navarro
España _Madrid
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Hola lida, un gusto leerte, que pena que entro fuera de concurso. Abrazo
Buen cuento,nos regalas,amiga,abrazos
EXCELENTE RELATO
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