JAMÁS LA SOLEDAD GANÓ BATALLA
Camino contigo, por siempre camino
en este presente escarlata.
Jamás la soledad ganó batalla;
se mueve en la fogata del ayer, es cierto,
y a veces se desplaza
hasta los verdes setos de esta fresca estancia.
Tus sonrientes ojos marrones
tus cabellos al viento
tus labios -rubíes floridos-
noche y día juegan con fulgurantes estrellas
día y noche se entrelazan
en los senderos de tamarindos.
Años han agrietado mármoles, tierra y espejos.
La piel se ha alejado de la tersura;
mas persiste la promesa de una amorosa tarde,
tarde sin olvido, tarde eterna de abrazos.
El puerto, los cerros, las campanadas,
los libros, el río Guayas,
el inmortal estero -aunque mutilado-
los húmedos manglares
tu porte de diosa, tu risa alada,
mis versos filtrándose en tus pechos
y la dualidad de la vida
generando acordes, pensamientos, letras
generando una existencia arcana.
Daniel Calero Solís
(Ecuador)
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Hermosa poesía.
¡Ah, Nélida! Gracias por su gentil apreciación.
Muy amable, Ramiro.
Muchas gracias.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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