Un caracolito salió a dar su primer paseo
por un gran jardín donde se abrían
las primeras flores de primavera.
Muy precavido dejaba su rastro de plata para,
en caso de perderse, su madre pudiera encontrarlo
o él, por sus propios medios, encontrara
la forma para poder regresar a dónde
su madre lo esperaba.
Todo era novedad para el pequeño caracol
pues era su primera aventura…
¡Qué ricos los pastos tiernos y las flores!
¡Tan goloso que todo lo quería probar!
Se demoró mucho y la noche llegó
y…, ¡qué desconcierto!
pues ese día había luna llena
y todo estaba iluminado por el brillo
plateado del astro por lo que el caracolito
observaba que piedras y senderos
resplandecían con brillo plateado
que lo confundían por lo que estaba
totalmente desorientado…,
¡qué difícil encontrar el camino de regreso!
Inesperadamente la madre caracola
apareció en escena, angustiada
por la demora de su pequeño hijo.
Sus antenas de gran sensibilidad
y su poderoso instinto
materno hicieron posible
¡la feliz terminación de la aventura!
Felices madre e hijo pudieron regresar.
Y…, “colorín colorado”…,
¡este cuento se acabó!
Delia Checa – D. A. R.
Mendoza, Argentina - 2019
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¡Siiiiiiii que me gustó mi querida Delia! Los cuentos de animalitos tooodos son lindos, uno se imagina, como yo que he imaginado al caracolito andariego por las hierbas y flores como si yo misma fuera el caracol; y, hasta siento la lineal hierba que se hace a un lado ante mi paso!
Y el final da gusto, porque no termina en tragedia, así como también da gusto ver con los ojos de la imaginación una noche brillante plateada!
Felicitaciones mi querida Delia, muy bello tu cuento!
Un abrazo gigantesco!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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