Cierro los ojos y el mundo se me revela.
Hay un húmedo pañuelo invisible
refrescando mis recuerdos
desde el mismo palpitar de la tierra.
La penumbra me trae tu rostro
escondido en el tiempo
y sus colores, y el blanco y el negro,
hablan de ti, etérea, fugaz,
viajando sobre todas las tormentas,
anidando en mi pecho,
encendiendo el vuelo
de mi pensamiento.
Te descubro, entonces,
en la crujiente hojarasca,
en el inquieto río,
en la luna dormida.
Estás siempre, aquí y ahora.
Respiro tu aliento
en este mundo que vio nuestro amor.
Nada se ha perdido:
mi corazón ha recogido
tu imagen y tu reflejo.
Beatriz Baudizzone, Argentina 2020
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EXCELENTE INTERPRETACIÓN DE LA IMAGEN SELECCIONADA.
GRACIAS POR PARTICIPAR.
¡Buen poema, Beatriz!
Desbordante imaginación...
¡Qué maravilla de poema!
¡Celebro tu inspiración, Beatriz!
DEBES COLOCAR TU FOTO DE PERFIL
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