Las hojas caían contra el tiempo
y tú aún no estabas.
Sólo el presentimiento de la fuga
que se enhebra en los pétalos
durmiendo tornasoles de la infancia.
Que no. Que tú no estabas,
no amarrabas a mi quilla el mar de tus vaivenes,
no tenías aún las palmas sobrepuestas
para que mi pecho de nuevo
inventara el ocaso detrás de los colores.
Y quizá soñabas
dolorosa de olvidos,
flotando entre los versos de un octubre imposible.
Pero yo no tuve esos parques,
ni las selvas de lianas asustadas,
ni la mesa servida,
ni el caracol regresando
en su nocturno trajín a la mañana.
Yo no tuve más nada que la nada
doblando las esquinas
sin lunas entre las orfandades.
Miro tus pies marcar sobre la hierba
un polvo de luces hasta tocar el agua,
y este río de ángeles
se torna torbellino
al fondo donde todos los parques ya son nuestros.
De El libro del (buen) amor
Casa de Poesía, 2016
Comentario
GRACIAS, MARY, POR LOS VERSOS QUE REPRODUCES Y TU BELLO COMENTARIO, ABRAZOS
Pero yo no tuve esos parques,
ni las selvas de lianas asustadas,
ni la mesa servida,
ni el caracol regresando
en su nocturno trajín a la mañana.
Una belleza
Gracias
mary
Gracias, pedro, un fuerte abrazo
Bello poema, para disfrutarse.
gracias, Aimée, or tu bello mensaje, abrazos
Gracias, María del Milagro, por dejar tu huella emotiva, abrazos
Gracias Freddy, por tu lectura y comentario, abrazos
Extraordinaria composición poética de corte otoñal. Congratulaciones.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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