Hojarasca de infusas emociones al viento
precipitan suspiros en holganza de seda,
cual alfombra dorada de la musa que hospeda
cada instante sublime del adagio sediento.
Misteriosa la tarde que convida al intento
fiel testigo que alcorza la admirada alameda,
mientras caen las hojas en cetrina vereda
fluyen nimbos de plata por azul firmamento.
Purifica el vacío del cansancio confuso
y admirando el arpegio del trinar que murmura
se refugian azares de miríficos sueños.
Ameniza melosa la sutil conjetura
en la noche esperada cual oasis iluso
de traslúcida luna, fantasías y ensueños.
Aimée Granado Oreña
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Los días y las tardes muchas veces
son testigos de intentos de vuelo
que uno busca en la tierra o el cielo
el ensueño que se añora con creces.
Lindo poema, con bellos versos.
FELICITACIONES querida Aimée.
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