Hace algún tiempo, cuando aún no me dedicaba de lleno a la poesía, escribí este poema, luego de la muerte de mi madre
ETERNO AMOR
Yo vengo del lugar donde todos son niños
Yo vengo del lugar donde todos son niños,
con esa admiración aún sigo creciendo.
Yo conocí a mi madre, de sacrificio recio,
que lustró en mí sus manos haciéndome cariño,
y aunque su piel de ángel marchitaba en el tiempo,
su hermoso corazón presentía mi destino.
Me sentaba en sus piernas y rodeaba su cuello,
sus piernas que aguantaban las várices de abrojo;
pellizcaba su cara limpiándole los poros
observando sus ojos buscándole secretos,
a veces descubría que retenía una lágrima,
a veces descubría lo que estaba en silencio,
mas, siempre yo callaba con caricias escuálidas
no quería revolver su alma de mujer.
Fui su niña chiquita, aún lo quisiera ser,
y un día, al sentarme de nuevo sobre ella
entonces me di cuenta que ya estaba muy vieja
y yo le había absorbido su calor y sus sueños.
Quise entonces honrarla, ofrecerle la luna,
las estrellas del cielo y todo el firmamento
cada luz, ca ilusión, y cada una por una,
que ella me regaló, tejiendo en mis recuerdos,
pero entonces sonrió y me dijo: los tengo.
Nunca podré olvidar cómo se le escapaba
la vida, día a día, cual deslave brutal
fue horrible presentir la muerte despiadada
que a lo más preciado cercaba a reclamar
suspiros que en su cama aún mostraban la vida
en un ser que fue hermoso y aún lo es todavía
porque vive en mi esencia y siempre vivirá.
¿Cómo fue todo aquello? ¿Por qué Señor quisiste
que muriera en mis brazos? ¿Por qué también me diste
frases de bendiciones, de fe y discernimiento?
para decirle adiós hacia un lugar incierto,
que yo le coloreaba con la luz de un pincel,
en el momento justo, en el momento aquel
cuando ya sin latidos a vivir se aferraba...
Fue grande Madre Mía, cuando vi que tu alma
ascendió cual susurro de la brisa de invierno;
tu blanca palidez, me quedó entre las manos
como traje tan mustio que se cae para el suelo,
y mientras que tu alma ya estaba ascendiendo
me esbozó una sonrisa, al tiempo de mi llanto.
Yo vengo del lugar donde todos son niños,
con esa admiración aún sigo creciendo
ya he vivido bastante y aún en mi camino,
la imagen de mi madre, es motivo de aliento,
la esencia de mi madre es sentimiento eterno.
©SorGalim
Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de Sueños
-
Derecho de autoría en el Registro de la Producción Intelectual de la Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA), adscrita al Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI).
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¡Gracias Srita. Milagros...! por permitirme conocerle en la privacidad de un momento tan íntimo como es "el amor, después del amor". No hay muchas palabras que puedan alterar tanto la vida, como la palabra "ausencia" aún y cuando en ella, todo se desvanece, es tan singular que solo la palabra madre la preexista viva y en la llama del amor eterno. Mil bendiciones.
Agradecida por tu hermoso comentario
Tierno y hermoso poema de agradecimiento a esta valerosa y buena madre Felicidades Milagritos
Súper hermosa esta entrega de ti.
Gracias por eso.
CONGRATULACIONES
Felicitamos a todas las MADRES del mundo
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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