La plaza y el teorema
El sudario del mundo
se estira en el banco del parque.
La hamaca desparrama
cabellos blandos
mientas Fermat se revuelve
entre sus ternas pitagóricas.
El sol, ajeno a las matemáticas,
entibia el invierno.
Todo es juego,
palomas y olores dulces,
sin embargo, más allá del arenero,
un pizarrón descifra,
que es imposible descomponer
un cubo en dos cubos,
un bicuadrado en dos bicuadrados.
Qué importa eso, si en la plaza,
un niño mece sus piernas
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Metafórico y con ritmo en su estructura.
Noble y humanamente existencial en su contenido.
¡Es un, no sólo bello, sino interesante poema!
Merecidos DESTACADOS.
Por el placer de disfrutar su lectura, talentosa Amarnrta...
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