POEMA DESTACADO. LA MUERTE SUEÑA VIVIR EN LAS MUSAS, DE MILAGROS HDEZCHILIBERTI

 

LA MUERTE SUEÑA VIVIR EN LAS MUSAS


Sufrió mucho Quevedo su báculo encorvado
no tanto por ser viejo como por su rastreo,
los traumas de la guerra lo hicieron triste reo
y la negra guadaña lo vio atemorizado.

Por la ventana alta mi alma sube y veo:
hay vidas mustias magras que son mugres terrenas
jardín rojo malváceo te riego y bien me entrenas,
la vida sólo es sueño, la muerte es un paseo.

Regresaré a morir dentro de mis cayenas,
cuando el paso del viento me devuelva la vida,
cuando la misma vida disfrute redimida,
en medio de mis rayas de malvas; flores llenas.
Y zurciré mi luna con reflejos de penas;
y volveré a exhalar un soplo relancino
cuando la tierra madre me tome de inquilino
y el cielo me eternice mi sublime quimera,
cuando viva en verdad, por esa vez primera
entonces ya podré, morir y hallar camino


II

Anacreonte en susto gastados vio sus dientes
no tanto por ser viejo sino por lo vivido,
el vino y la lascivia lo habían consumido
y el tártaro infernal cobraría pendientes.

A veces tener vida justo es lo recibido,
no le gusta al corcel tener sus crines calvas,
si se asustan imberbes cuando explotan mansalvas,
más asusta al añejo, su culposo encendido.

Regresaré a morir en medio de mis malvas,
cuando el paso del viento me dé vivir de nuevo,
cuando la misma vida me obsequie mi relevo,
en medio del jardín de mis cayenas salvas.
Y zurciré mi luna con las conchas de valvas,
y volveré a exhalar mis últimas querellas,
cuando la tierra madre me interrumpa las huellas
y el cielo me eternice mis poemas pequeños,
cuando viva en verdad, solo uno de mis sueños
entonces moriré, viviendo en las estrellas.


©SorGalim
Milagros Hernández Chiliberti

Ingeniera de Sueños

La estructura de cada uno de estos poemas se conoce con el nombre de MUSA

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Respuestas a esta discusión

GRACIAS, QUERIDA ADELA. APRECIO TU AMISTAD CON MILAGROS.

Adela querida, tu comentario es hermoso. Gracias.

 

Dosamantes, eres un gran amigo...

SI AMIGA ADELA ES UN HERMOSO POEMA. SALUDOS
Alberto, desde que te encontré en mi camino, no he hecho más que admirarte. Gracias por ser y estar.
VINIENDO DE UNA POETISA Y LINGUISTA TAN DESTACADA Y ADMIRADA, ME SIENTO REALMENTE ALAGADO, SALUDOS CORDIALES AYER, HOY Y SIEMPRE ESTIMADA AMIGA.

Querida Milagros,

 

Cada vez que tengo noticias de un poema de tu pluma me apresuro a leerlo porque estoy seguro que encontraré una joya.

 

Lo que sucede es que eres una artesana grandiosa de la composición poética; y en éste, que titulaste LA MUERTE SUEÑA VIVIR EN LAS MUSAS, me deslizo como en una pista de baile de vals sin necesidad de parar en las sílabas rimantes porque vienen en forma natural a acariciar al lector con una sonrisa.

 

Rimas esperadas, y como lo sabes hacer con maestría, le agregas otras en el medio de los versos para que la perfección se logre sublimizar. Y todo entregando un mensaje inteligente para que en conjunto, forma y contenido se hagan sinfonía.

 

Bombos y platillos para saludarte y rendirte honores poeta superior

 

Es mío el honor de tenerte como amiga y de poder intercambiar contigo nuestro lenguaje lírico

 

Ernesto Kahan tu socio en la Presidencia Ejecutiva de la UHE

 

 

  

Querido Ernesto:

En realidad no sé por qué mis rimas siempre resultan más celebradas que mis metáforas libres...

Leo tus generosas palabras y -a la vez que me invaden de emoción- me empujan a dar gracias a Dios por la existencia de un maravilloso hombre, valioso tanto en lo humanista como en lo positivista por su aptitudes artisticas y científicas, mundialmente reconocidas.

De lo anteriormente dicho, concluyo que EL HONOR de tu amistad ES MÍO... Pero no vamos a discutir por eso... jajajajaja.

Un gran abrazo.

Excelente poesía, Milagros, merecido reconocimiento. En odres viejos, poesía de la que nunca pasa, pues la excelencia la hace inolvidable.
Gracias, Ronald. Un abrazo.

EN ESTA ESTROFA MARAVILLOSA SE DESBORDA LA INSPIRACION Y SE JUSTIFICA LA POESIA:

Regresaré a morir dentro de mis cayenas,
cuando el paso del viento me devuelva la vida,
cuando la misma vida disfrute redimida,
en medio de mis rayas de malvas; flores llenas.
Y zurciré mi luna con reflejos de penas;
y volveré a exhalar un soplo relancino
cuando la tierra madre me tome de inquilino
y el cielo me eternice mi sublime quimera,
cuando viva en verdad, por esa vez primera
entonces ya podré, morir y hallar camino

 YO CONFIESO QUE SOY UN LECTOR DE POESIA INCANSABLE Y DESDE QUE TENGO MEMORIA, PERO CUANDO LEO ALGO COMO ESTO, ME QUEDO ESCRIBIENDO MIS CUENTOS BREVES Y DEJO EL PASO A LOS DUEÑOS DEL ARTE MAYOR, SALVE AMIGA.

Querido Alberto:

Tus palabras me dan vida.

Gracias.

ME PERMITO PONER A SU FINA CONSIDERACIÓN ESTE CUENTO BREVE EN HONOR DEL 11vo. MANDAMIENTO:

LOS ROSTROS INFINITOS

“¿Qué diré de aquel que es el perseguidor,

y representa el papel del perseguido?”

Khalil Gilbrán

(1883-1931)

El reloj se detuvo al tiempo que el aire se hizo pesado, ocurrió exactamente a las doce de la noche y estoy seguro que si el abanico funcionase no se inmutaría el céfiro. Estamos en una zona traslúcida, sin espacio ni tiempo. Me senté en la cama y traté de prender un cigarrillo, el fósforo no se hizo llama. ¿Notaron que dije estamos? Sí, lo dije porque hay alguien o algo en una esquina del cuarto, la sombra le oculta, pero escucho su respiración, sus leves movimientos acomodaticios y, claro, intuyo su mirada escrutadora. Miro de reojo, no me atrevo a fijar la vista en aquel sitio, me vuelvo a acostar, el polvo de siglos hace que me pesen los párpados. ¿Cuánto más tendré que cargar con esta culpa? La eternidad no fue hecha para el hombre.

¿Qué haría si el ser, ente o lo que sea, se me revela? No tengo la menor idea. Calculo la distancia a la puerta, un buen brinco y cuatro zancadas. Este hotel de infinitas miserias no tiene paredes muy gruesas, sin embargo, no logro escuchar nada. Cuando llegué, debí darme cuenta de que algo pasaba. ¿Cómo fue que el administrador me entregó una llave sin saber lo que quería? Quizás será el mismo que ahora me ve desde la esquina. Golpes subterráneos me sacuden el pecho.

¡Al carajo!, tenso los músculos, tomo el poco aire que encuentro, salto, abro la puerta y salgo corriendo. Pero estoy de nuevo en el patio de aquel sueño recurrente. Otra vez tengo el látigo en la mano, no ha cambiado nada. Pensé que me libraría de todo, pero no, parece imposible.

¿Cuántos siglos más habré de pagar lo hecho aquel día? ¿Cómo fue que al ver su rostro no comprendí quién era, si miré en el fondo de aquellas pupilas profundas como el universo y había una luz distinta? ¿Cumplí acaso un papel ineludible en esa historia? ¿Estaría tallada en las páginas del tiempo su flagelación? ¿Acaso debo darme cuenta de algo o, negarme a flagelarlo? Pero, ¿cómo hacerlo? Nada más entrar al patio y ser el que era, y repetir para colmo la historia, no sólo en su carne, también en la carne de otros cuyos rostros siempre olvido. Sé que han sido muchos a través de los tiempos.

Aprieto el mango del látigo con fuerza, contraigo los músculos y hago silbar en el aire la larga extensión del azote. La carne se desprende con cada golpe. El torturado llora y se lamenta a cada rato, yo no freno…

He despertado otra vez en el cuarto del hotel, me arden las manos, todo ha vuelto a consumarse. Un vasto e incómodo vacío danza en mi estómago. He entendido que a pesar de mí, y de todos, y aunque así lo quiera en este instante, no me es dado detener todo esto.

Hoy no dudo que aquel hombre y el primero que azoté, eran y son todos los hombres y los que vendrán, y que a su vez, yo soy aquellos que azoto y seguiré azotando.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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