Paráfrasis del artículo “Tres maneras del ver el mundo” de Luis Racionero, publicado en la revista “Uno Mismo” Nº 214.
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Existen diferentes maneras de concebir el mundo...
Una
espiritual que abraza al entorno físico y sutil concibiéndolo como parte del amor universal. Esta es una actitud amorosa que conduce a la trascendencia con profundo respeto y reverencia. Jamás altera la integridad física ni afectiva de los diferentes componentes de la naturaleza. Se trata de una actitud que llena de regocijo al que la profesa y su fruto es la libertad, la alegría y el goce pleno. La magia agrega su “toque” de misterio.
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Otra actitud es la racional, analítica e intelectual. El entorno se diseca, se pesa y mide, desmenuza con motivos de estudio. Los animales son sometidos a un intenso sufrimiento al ser víctimas de experimentos científicos. Lo que “no se demuestra no existe”. Tiene mucho de las teorías cartesianas, sus principios imperan. Relacionada con el mundo científico, es origen del dualismo que tanto daño ha causado a la humanidad.
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Una tercera actitud es la comercial, utilitaria y material. La naturaleza y el mundo se perciben ante nuestros ojos como un gran emporio, calculando dividendos, ganancias. Esto es lo que ha prevalecido en el último siglo y que ha conducido a nuestro planeta a un callejón sin salida, de no cambiar nuestra manera de concebir el medio ambiente. De ahí la devastación de bosques, la extinción indiscriminada de especies y, como consecuencia, la contaminación del aire, agua, tierra y este cataclismo que amenaza a la humanidad y que, como una “espada de Damocles”, se cierne sobre el planeta.
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Y una más, la tecnológica… apostando a que todos o casi todos nuestros desajustes serán solucionados por la tecnología. Las máquinas son concebidas como la panacea. La inteligencia artificial trayendo milagrosamente la solución de todos nuestros males…, olvidándonos que si algo salvó al mundo de la extinción fue la sensibilidad humana que nos proveyó esa Inteligencia que nos creó, llámese naturaleza, poder divino, u otra denominación según la creencia de cada uno… Robots con características físicas humanas están creándose y multiplicándose en exclusivos laboratorios. Motivo de preocupación es intuir que en un futuro estas máquinas podrían escapar al control humano. Ya advirtió Stephen Hawking, destacado científico de nuestro tiempo, sobre los riesgos que nos podría traer la Inteligencia Artificial y que podría ser causa de la extinción humana, pues sin sensibilidad… ¿qué pasaría si esa “solución” es aplicada en la carrera armamentística o para la guerra?
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Delia Checa – D.A. R.
Mendoza, Argentina - Dic. 2021
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