VINO EL LLANTO DEL OJO DEL CIELO

Su guitarra volvió a tener las cuerdas,

esas que se habían roto por las penas,

tuvo de nuevo luna su penumbra,

y se endulzó toda su amargura.

Su alma ya fue una lampara de luz,

la ponzoña no le hizo daño,

se repuso su tierno amor mellado,

y dejó su indiferencia de piedra.

Otro amor quitó sus quebrantos,

que vivían en sus entrañas,

vino el llanto del ojo del cielo,

y muy fértil se tornó su tierra.

Las gotas de agua eran perlas,

que sonaban en la hojas,

y semejaban una liquida sinfonía;

así la felicidad retiro su tristeza.

J. Jesús Ibarra Rodríguez.

México. D . R .

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PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso Hace 15 horas

Jesús,

Un dejo de melancolía en tu poema...

Saludos y bendiciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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