Y los hilos del viento harán del agua un río…

Prólogo al libro TANKA: LA LEVEDAD DEL PÁJARO. POR lUCÍA ALFARO

Los tankas de María José Calatayud Ponce de León son un pincel que va trazando otoños, el gris de otras lunas, paisajes que se nos quedan en el alma “como una foto antigua”, pájaros que traen en su pico la pócima que atrapa al receptor, ausencias y caminos; todo eso y más se deprende de estos pequeños poemas, que la poeta ha reunido en este su segundo poemario Tanka: La levedad del pájaro.

Esta modalidad de escritura que nace de la lírica oriental de Japón, hace ya 1400 años, fue la predilecta por las mujeres escritoras de la época, que percibieron en su breve formato un mejor instrumento para desplegar su sensibilidad femenina, nos dice la Revista Poemame (2018).

Según algunos estudiosos y autores, el principal propósito del tanka era la transmisión de mensajes secretos entre los amantes. El mensaje era enviado como un pequeño poema escrito en un abanico o amarrado a una flor en botón y se entregaba en las manos del amante, que de inmediato escribía la respuesta. Los elementos sugeridos o explícitos en el texto transmitían con claridad, al enamorado, los referentes de la peripecia vivida durante su último encuentro, y así aquel que con antelación proveyó de placeres a su pareja, recibía el don de la palabra poética, halago o flor, agradecimiento o reproche, erotismo y propuesta para un nuevo encuentro.

Muchos tankas han corrido debajo de los puentes y han bajado sus escalinatas desde entonces; se han utilizado en bodas y como encantamientos propiciatorios para el estreno de una casa nueva, para el festejo de niños recién nacidos, entre otras actividades. Tanto, que se ha ido forjando “un corpus al que pudiera hacerse referencia y los emperadores empezaron a decretar colecciones y antologías muy apreciadas. Los estudiosos afirman que esto sucede alrededor del año 700 de nuestra era. Un dato interesante es que en Japón hay más tankas recopilados, que cualquier otro tipo de poemas. Cada año, en la celebración de Año Nuevo, el Mikado y su familia se unen a millones de ciudadanos que escriben tankas sobre temas específicos.

Esta breve reseña de la historia del tanka nos permite observar que cuando se inserta este género en el mundo hispanoamericano, se adapta naturalmente al castellano respetando su preceptiva tradicional y adecuando su métrica silábica (5-7-5-7-7); por eso el tanka se aprecia como una forma ampliada del haiku con dos heptasílabos más, aunque en japonés no son sílabas sino onji. Es decir, muchas veces, su contenido trata de paisajes impersonales que dan cuenta del devenir del tiempo, las estaciones y los elementos de la naturaleza. Esto sucede con algunos de los tankas de María José Calatayud; sin embargo, la mayoría tienen los elementos primigenios de la breve carta de amor que se escribe con la esperanza de recibir una respuesta: “El horizonte / se termina en tu boca. / Es la distancia / que recorren mis ojos / cuando pienso en tus labios” (Distancia). Así, con el uso de vocativos y el yo lírico de estos poemas se aproxima mejor a lo clásico y se devela el espíritu comprometido de la poeta con la tradición, sin dejar de lado su capacidad creadora y buen gusto.

Decía Bonilla en el prólogo al anterior libro de María José, Sol de agosto, que esta poeta discurre por la calles y paisajes de sus dos orillas, la de España, siempre presente en la evocación y la de Costa Rica: “los faroles y luces de ambos crucigramas entrecruzados, los árboles y las flores, pero sobre todo se atraviesa por esa necesidad intuitiva” hija primigenia de la soledad y el amor, cuyo propósito es “la plenitud del ser” (2019).

En este poemario se une, además, la vibración de lo asiático. La poeta reitera este propósito entre el bucolismo (marcada característica de su poética) y el trazo del arte oriental, con suficiente creatividad para dejar una obra hermosa, esmerada, sensitiva y dadora de agua fresca a la poesía del mundo, lo cual se revela también en la pintura de la portada de este nuevo libro, que la misma autora elaboró. En estos versos, la voz lírica desnuda la nostalgia con magistral sencillez para convertirla en una filigrana transcendente.

María José conoce el lenguaje de los astros: “…el sol marca la curva / de mi cuerpo hacia el sur” (Sur). Por eso no lucha contra su destino y se aventura a cruzar el Mediterráneo: “Llego del norte / con mis pasos cansados / y con las alas / vencidas sobre el pecho” (Cansancio). Esta pequeña disgregación es necesaria para demostrar que en su poética el símbolo del agua unido al del pájaro son vitales, ambos como indicadores del viaje, del dolor de la partida y de la ausencia. No obstante, la poeta trasmuta estos significantes en símbolos de vida y trascendencia: “Me quise azul, / como una pincelada / del mar que sueño” (Caracola) “Solo en azul un pájaro con su canto me llama” (Llamada). 

De alguna manera el poemario nos recuerda la película El jardín de las palabras, de Makoto Shinkai, que refleja el espíritu del tanka uniendo los propósitos vitales de sus protagonistas. Quizá también estos pequeños poemas de amor de Calatayud esperan una respuesta desde el silencio cómplice del verso que nos redime: “Viene despacio, / silencioso a la puerta. / Llena de luces, / mi amante una sonrisa / trae para mí en sus ojos” (Sonrisas).

Esta lágrima, este sol, esta espuma, estas aguas habitadas por lunas y sirenas y pájaros nunca enterrarán su nombre, los estudiosos sacarán a flote todos estos barquitos de papel, que la poeta ha puesto sobre el Mediterráneo de la existencia misma, para ir saldando con su talento y la publicación de su obra, la deuda que toda poeta tiene con su destino. Con esta breve aproximación, espero que, ustedes, amantes de la poesía, puedan disfrutar el arte de los tankas en la voz lírica de María José Calatayud Ponce de León, y quizá también podamos devolverle la propuesta para un nuevo encuentro.

 

Lucía Alfaro

Poeta y Filóloga

FOTO 1 Ronald Bonilla entrega aq María José Calatayud su libro Tanka, la levedad del ´pájaro. de parte de la Editorial Poiesis

FOTO 2 EN UN RECITAL: LUCÍA ALFARO, JORGE ARAYA, MARÍA JOSÉ CALATAYUD RONALD CAMPOS Y ANA PATRICIA URRUTIA

FOTO ABAQJO LUCÍA ALFARO Y MARÍA JOSÉ CALATAYUD y otra amiga.

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Comentario

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Ronald Bonilla Carvajal el noviembre 14, 2021 a las 11:49am

Gracias, Benjamín, se lo diré, abrazos


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el noviembre 13, 2021 a las 4:51pm

¡Magistral prólogo de Lucía Alfaro al libro La levedad del pájaro, de María José Calatayud Ponce de León; dile Ronald que le felicito!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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