Cuando todo es nada y nos encontramos tú y yo, espíritu y cuerpo, a solas… bien lejos de nuestro mundo Con la voz entre la tierra sin raíces, en el aire suspendidas, es difícil creer nuevamente… parado el tiempo, al llanto, sin nada que lo altere Envueltos en bufanda, de olvido, tendremos que aprender de nuevo, la posibilidad de establecer la paz en las notas que marca el día y nos separa Giro los ojos y contemplo mil gotas, que me hacen vulnerable porque cada una trae impreso un universo devastado Ala de colibrí que ningún viento sostiene, entre el bosque y la espesura, sin esperar consuelo ¡¡¡Tierra!!!, devuelve fuerza para que crezca el amor, sin recelo y miedo, en los troncos carcomidos por las aves del recuerdo
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