Reverdecen mis ocasos
Se altera el calor de mi usada piel,
cuando le imagino desnuda,
mientras me trae la brisa de la evocación
la maravillosa fragancia
de sus nuevas frescuras.
Se reavivan mis envejecidos latidos,
y emerge desde lo profundo
de mi venero
el agua apresurada de los deseos,
mientras se impacientan
mis mayores años,
soñando humedecerse
con el ajeno sudor de sus
cándidas primaveras.
Reverdecen mis ocasos
y vuelve la luz a mis íntimos deseos,
mientras se desenfrenan mis pasiones,
queriendo avivar las cenizas
de mis viejos maderos,
dentro del fuego abrazador
de su maravillosa creación.
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