Entre cántaros de alondras y avecillas;
miro como el agua circunda aquel río,
donde nos conocimos en esa orillas
acarameladas, con ese dulce atavío
Mis sentidos sin precaución y ladinos
brincaron al mirarte, con mucha lascivia
mientras tu emanabas aires celestinos,
que a la final sucumbieron ante la savia
Vanos fueron los intentos en rechazar
este sentimiento ardiente, posesivo
en grado superlativo, cuando el azar
juntó nuestros seres, quedando cautivo
Las mariposas tintinean en la borrasca,
anunciando al albor un buen amanecer
que mastica el rocío por esta linda épica
pregonada en jadeos adentrados en placer
Furibundo, extasiado y enamorado me siento
como una hoja al viento en este despertar
de magia hechizada en ese te amo de viento
y de navegar entre sueños por el mismo néctar
Nelson
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