Caminando sobre el tranquilo mar
me veo descansando en la lumbrera
de tu regazo, oh.. mujer verdadera
Tu aromas mi ser, en una quietud
dulce por el candor de tu deidad,
que la presumo como una virtud
divina dentro de tu gran bondad
Cuanta delicia con esa aseidad
desperdigada en la gran bandolera
de tu regazo, oh... mujer verdadera
Nelson
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