ÁRBOL DE FUEGO
Aquel atardecer al marchitarse
las huellas de la jornada diaria
apenas pude acogerme a tu sombra
donde sabía de las horas siguientes en su reptar
sombrío, apaciguaría los rastros de los espectros.
Solo tu verdor de fuego
aviva a lentitud la esperanza perdida
de tocar siquiera el fruto rojo esferoide
de tu frondosa enramada, aquellas
quebradizas, igual a leños otoñales.
A ti árbol solitario o a multitudes
danzando y compartiendo el oxígeno vida
te debemos la integridad telúrica,
junto a tu gran aliado el agua, conjuga
y resuelven la ecuación de la sobrevivencia.
Dejad al viento que dispersen sin tregua
toda semilla arbórea, así jubilosos esperar
otro amanecer a son del trino de pajarillos,
última posada de la melodía que enternece
y aplaca todo presagio de tragedia.
En el cansancio arbolito, serás sombra,
en el alba filarmonía echarás al vuelo,
en la casa vacía y abandonada en la puerta,
esperarás; cuando los años implacables golpee
serás madero acompañante en el viaje infinito.
Orlando Ordóñez Santos.
Derechos Reservados – Imagen de la Red.
PERÚ.
Comentario
te debemos la integridad telúrica,
junto a tu gran aliado el agua, conjuga
y resuelven la ecuación de la sobrevivencia.
Un buen poema ecologico , que disfrute al leer
Gracias
mary
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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