PUQUIAL Y CAPULÍ
En el ocaso de los sueños
sin retorno
apenas estrujando el amanecer
te sigo esperando, a ciegas.
Debajo del subsuelo
enterrado
casi triturado intento
volver a tu lado.
Sobre la cúspide frígida
del témpano
coraza de montaña, te busco
con el fuego de los cráteres.
A solas conversando con una
piedra
voy descubriendo que ella no es
culpable de las caídas humanas.
Levitando como las agua del
puquial
indefenso, sublime, cantarina
te recuerdo en el pentagrama de mis delirios.
Nadie más que tú, aroma de
capulí
puedo tener el encanto risueño
de renacer desde la verde esperanza.
Orlando Ordóñez Santos
Derechos Reservados – Imagen de la Red.
Comentario
Nadie más que tú, aroma de
capulí
puedo tener el encanto risueño
de renacer desde la verde esperanza.
Bucólica inspiración que obra sobre la espiritualidad y sensibilidad del alma de poeta que sabe detenerse en los instantes preciados de la naturaleza, en su convergencia con la vida. Y nos dejas un pentagrama exquisito donde el caudal inagotable de las musas surten su universo para dejarnos sus arrullos entre versos.
Gracias amigo por tan bello compartir que encanta con las imágenes que revuelan con tu ingenio creador.
¡Felicitaciones!
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